Nuestra salud y el equilibrio de nuestro cuerpo dependen, en gran parte, de nuestras emociones y pensamientos. Por eso, hoy te compartimos cuatro actitudes que transformarán tu estado físico en forma positiva:
Flexibilizarte: Cuando intentamos tener todo bajo control y no somos capaces de fluir aceptando lo diferente o lo inesperado, atraemos a nuestro cuerpo enormes cantidades de contracturas y tensiones que se reflejan en dolor de espalda, afección de cuello, garganta y hasta migrañas muy incomodas.
Del mismo modo, que tensionamos nuestra espalda, tensionamos nuestros pensamientos y no nos permitimos cambiar. Para comenzar a trabajar tu flexibilidad te sugerimos dos opciones fáciles: Realizar actividades que comúnmente no realizarías (Sorprendiéndote a vos mismo y a quienes te rodean) y dedicar minutos diarios a estirar tu cuerpo, por ejemplo, con práctica de Yoga)
Relajarte: Otra actitud realmente saludable es aprender a relajarte. Porque si bien nos pasamos la vida diciendo que necesitamos descansar, salir del estrés, tomar un día de spa relax; la verdad es que a muchos de nosotros todavía nos cuesta realmente el permitirnos “no hacer” o dedicarnos un día para disfrutar en forma completa y dejar atrás las preocupaciones y responsabilidades. Recordemos la importancia y la belleza de no postergar nuestro descanso en esta nota.
Perdonarte: Continuando nuestra propuesta de actitudes saludables, nos sumamos a la importancia de amigarnos con el pasado y con la experiencia y disponer nuestra actitud a perdonarnos en el presente. Muchas veces, dedicamos toneladas de reuniones, pensamientos y energía personal en buscar que alguien nos perdone y nos libere de lo que hicimos o no hicimos tan bien. Pero no hay nadie más que nosotros mismos, que pueda desatarnos esos nudos emocionales (Como la culpa o la angustia). Perdonarte te devuelve al amor (ver nota)
Desapegarte: Estamos convencidos de que una de las mejores actitudes a la hora de sumar calidad de vida es trabajar el desapego. Aprender a dejar ir y a soltar. Cuando soltamos es que en verdad recibimos (ver nota)