Yoga puede comprenderse como un estilo de vida. Sus enseñanzas y perspectivas nos permiten transformar nuestro lugar en el presente y activan nuestra energía embelleciendo nuestro viaje personal.
Promueve la flexibilidad y la adaptación: Yoga facilita en nosotros la comprensión de cuán necesario y cuán sanador es para nuestra vida trabajar nuestra flexibilidad para adaptarnos mejor a los cambios y las situaciones. Las asanas ablandan las tensiones o la rigidez, pero la mente y las emociones se transforman al mismo tiempo.
Nos posiciona en el presente, ordenando la energía, el cuerpo y la mente: Cada clase necesita lo mejor de nosotros, nos enseña a disponernos completamente en el ahora para disfrutar, avanzar paso a paso y vivenciar la energía de cada movimiento. Esto se traslada naturalmente a nuestra vida cotidiana, facilitando la predisposición a transitar más conectados en cuerpo, mente y espíritu al momento actual sin divagar o diversificar nuestra energía.
La respiración como clave para vivir mejor: Nuestra forma de tomar y exhalar el aire se vuelve crucial para vivenciar y participar de Yoga. Al mismo tiempo, comprendemos que una buena consciencia respiratoria nos ayuda a enfrentar mejor las adversidades, los momentos críticos y favorece una respuesta más acertada al momento de tomar decisiones.