Si te sentís desconectado de lo que hacés y hasta de vos mismo, volvé a inspirarte, volvé a contactarte con lo que te nutre de verdad. Te ayudamos con algunas sugerencias:
Balancear los Debo con los Quiero: Cuando tenemos esa sensación de estar en otro lado, de no enchufar la mente al corazón y de experimentar una muy fea sensación de que todo nos da lo mismo, una buena opción es tomarnos un momento para revisar y balancear nuestro deber con nuestro querer.
¿Los tenemos más o menos nivelados o estamos 70 / 30 dándole mayor lugar, espacio y tiempo solamente a nuestras responsabilidades? ¿Son de verdad nuestros deberes o nos hemos hecho cargo de transportar cargas que no nos pertenecen ni corresponden?
Tratá de identificar qué es lo que te tiene tan perdido: Puede ser algo que no logramos decirle a otro, algún enojo o dolor que hemos venido acumulando y se ha transformado en algo tan grande que nos invade internamente la mayor parte del día o, tal vez, simplemente te estás escapando inconscientemente para no sentir algo tan intenso? Muchas veces, nos desconectamos como manera (Errónea pero segura) de auto preservarnos, pero tarde o temprano, tendremos que hacernos cargo de enfrentar lo que nos pasa.
Aprendé de nuevo: Al igual que todo en esta vida, tus pasiones también pueden cambiar. En momentos en donde nos sentimos estancados y desorientados sobre qué rumbo tomar a partir de ahora, podemos optar por probar algo nuevo, algo que no hayamos hecho aún. Porque si seguimos haciendo lo mismo, disminuimos por completo la posibilidad de que algo, a nuestro alrededor, cambie.
Probemos de estudiar o practicar algo completamente nuevo y veamos qué nos hace sentir. Inspirarnos siempre nos re-conecta con nuestra energía personal y reactiva nuestros propósitos.