Día tras día, nos prometemos que la próxima semana mejoraremos nuestra rutina, que a partir de mañana miraremos menos el celular, que desde el viernes caminaremos al aire libre, al menos, treinta minutos. Los días pasan y nuestras rutinas no cambian y se vuelven cada vez más digitales.
Hoy, a pesar de este frío de invierno (Y de que una parte de nosotras insista en quedarse en casa mirando Netflix), queremos compartirte tres hermosos motivos para convencerte de salir y de integrar más naturaleza a tu vida.
Tu mente se aclara, se limpia
¿No es poca cosa verdad? Una mente clara, nos ayuda a tomar buenas decisiones, a salir de las dudas constantes, a dirigir nuestra atención positivamente hacia lo que efectivamente queremos para nuestra vida y no hacia lo que tememos o nos preocupa.
Rodearte de naturaleza te conecta con el silencio que no es silencio y que te canta un montón de sonidos y de nueva información. Te permite escuchar cómo estás por dentro y apacigua tu energía volviéndote al presente.
Tus sentidos se despiertan y te revitalizan
La naturaleza tiene sus propios aromas, sus sonidos, sus diferentes texturas. Todo en ella te permite estimular tu percepción, tu capacidad de sentir y capar detalles. Oler las hojas de un eucalipto en pleno bosque, abrir los ojos oyendo aves en vez de bocinas, enfocar tus ojos en una puesta de sol. Situaciones simples, orgánicas, nutritivas que podés encontrar con solo salir a respirar un poco por fuera de la urbanidad digital intentando equilibrar lo que tomamos de la vida.
Recordás cómo maravillarte
No importa cuántas veces veas un atardecer, una luna llena o un pájaro mientras hace su nido, nunca logrará serte indiferente. Casi sentiremos que hasta hay un componente de magia y de misterio. Y todas estas sensaciones son las que te recuerdan que siempre hay algo por lo cual maravillarte, algo que no habías visto o que habías mirado pero vuelve a ser hermoso una y otra vez. Sorprenderte te libera de querer controlarlo todo, te devuelve la belleza y la curiosidad.
Amamos y re-contra amamos Netflix, pero realmente… ¿Sería tan pero tan grave que el próximo capítulo lo dejemos para mañana y ahora salgamos a dar un paseo por el parque?