Todos sabemos la importancia que conlleva en nuestra vida el alcanzar un nivel óptimo de confianza en nosotros mismos, experimentando un sentimiento de amor propio y valía personal. Cuando esto no sucede, muchas veces, recreamos ámbitos, situaciones y relaciones toxicas o negativas que nos desvitalizan y nos provocan angustia y hasta estados de sumisión.
Hoy te compartimos las propiedades de una esencia natural que, además de inspirarte con su fragancia, te ayudará a tomar una nueva perspectiva sobre tu valor y lo importante que es recuperarlo.
El Jazmín suele ser una de esas flores que nos gustan a todos y que, más de una vez, hemos recibido, regalado o elegido para embellecer nuestros escritorios. Pero, además, de brindarnos un exquisito perfume y unas flores delicadas y femeninas, nos brinda grandes propiedades terapéuticas a la hora de fortalecer nuestra autoestima y la confianza que necesitamos para recuperar nuestro poder personal.
Su esencia es indicada para abordar casos donde se desconfía de las propias capacidades. Por ejemplo, aquellos que pasan la vida tomando cursos y formaciones, pero nunca sienten que sea suficiente y no se animan a exponer ni a compartir sus conocimientos. Estas personas se convierten en estudiantes eternos que, por su alta inseguridad, nunca logran sentir que están listos para enseñar, para trabajar o dedicarse a lo que les gusta. En consecuencia, pierden las oportunidades que la vida les entrega para alinearse a su misión y a sus propósitos personales.
Otro caso, en donde podemos sumar la esencia de jazmín, es para aquellas personas que no se animan a expresar lo que verdaderamente sienten, por falta de enraizamiento o de valía personal. Hay cierta creencia adquirida de que su palabra no es útil o enriquecedora. Estas personas suelen sentir siempre que la verdad o el conocimiento lo tiene el otro y se posicionan en segundo lugar aceptando circunstancias que no deberían.
La esencia de Jazmín nos aporta equilibrio entre mente, sentimiento y acción, nos brinda equidad con respecto a los demás, nos permite confiar y darnos el lugar que merecemos y que nos corresponde ocupar por estar en la Tierra. Nos comparte la calma de saber que nuestra vida vale y vale mucho y nos contacta con la autoestima, desarrollando criterio y perspectiva personal para actuar en función de nuestras creencias y necesidades verdaderas.
Además, a nivel físico nos ayuda a reforzar nuestro sistema y calidad inmunológica, aliviana casos de estrés producidos por ansiedad o incertidumbre generalizada y permite equilibrar trastornos respiratorios.