Primero sanás vos y después tu misma energía va sanando lo que te rodea y atrayendo y creando una vida cada vez más afín. Entones, para mejorar tus relaciones pasadas, presentes y futuras, enfocate, primero, en revisar la relación que tenés con vos misma.

Auto tratamiento diario

Existe una relación, una pareja que vas a experimentar a lo largo de toda tu vida: Vos con vos. Por lo tanto, el auto-cuidado y el trabajo interno no es algo que pueda corresponderse con una etapa o con un mes de dedicación. Necesitamos comprender que parte de nuestra rutina diaria tiene que ser de auto restauración.

Pautas básicas para empezar:

Elegí conscientemente qué palabras utilizás para hablar de vos, para impulsarte o retarte cuando así lo sientas. Contá tu historia siendo tu amiga, no tu enemiga. Recordá que las palabras crean imágenes y esas imágenes crean energía a tu alrededor. Por ejemplo, no digas que hacés todo mal, simplemente comprendé que hoy tuviste un mal día o pensaste menos creativa o tomaste una mala decisión. Honrá cada paso de tu camino con verdadera auto comprensión y activá los cambios que necesites para evitar repetir errores.

No alimentes más relaciones que te desnutran o te desvitalicen. En los vínculos, la energía tiene que reciclarse y estar en movimiento. Ponele un freno (Bendecí, perdoná y liberá) a quienes te demanden en exceso y solo busquen atención de tu parte. Límites sanos te ayudan a estar más fuerte afirmando tu valor personal. Si no te respetás vos, el resto todavía menos.

Empezá bien tu semanas. La clave es organizar la energía de los proyectos para que te quede tiempo para disfrutarlos. Tené en cuenta que, inconscientemente, solemos dejar para el final aquellas tareas o encuentros que más nos atemorizan y nos cuestan. Si tenés que hablar algo con alguien, háblalo al inicio del día, si tenés que emprender una tarea nueva en tu trabajo, no la dejes para las cinco de la tarde. Usá tu punto de máxima potencia y claridad para esas situaciones más desafiantes y vas a notar como se resuelven más fácilmente.

Amá tu lugar: Tu lugar también es tu tiempo. Hacé todo lo que puedas para amigarte y comprender tu presente, embellecé y curá tu hogar actual y las situaciones que te rodean hoy. Tené en cuenta que cada dificultad trae un desafío de aprendizaje. Algunos duelen, algunos pesan más que otros, pero todos enseñan.

Sos quien debe quererte más.