Existe una terapia manual bastante usada actualmente para poder liberar tensiones, aumentar las energías y tratar afecciones sensitivas, motoras y neurológicas, bajo el nombre de “masaje craneosacral”.
Esta terapia tiene su origen en la osteopatía y comenzó a expandirse mundialmente en el siglo XX, como detalla un artículo del Instituto especializado español ISED, en su sitio institucional.
¿En qué consiste la cráneo-terapia?
El método se basa en la existencia de un sistema conjunto formado desde el cráneo hasta el sacro, por las meninges, el líquido cefalorraquídeo y todas las estructuras que componen el sistema, como el encéfalo, la médula espinal y huesos craneales, según detalla la publicación mencionada.
Además, se plantea que en la cabeza hay una especie de “corazón”, que produce y bombea el líquido mencionado; eso es el ritmo cráneo-sacral, una pulsación mucho más lenta y diferente al ritmo cardíaco y al respiratorio, y es posible sentirlo en cualquier parte del cuerpo, pero sobre todo en cráneo, columna y sacro, como explica el sitio especializado Salud Ideal.
Energía en armonía
Se parte de una energía armónica que es transmitida a todos los órganos, células y tejidos corporales desde el mismo sistema. Así, la potencia y calidad de la fluidez de esta energía a todo el organismo es lo que determina el estado de salud y vitalidad de una persona, expresa el texto de ISED.
Sin embargo, en algunas afecciones, puede ocurrir que se bloqueen algunos puntos por inconvenientes de carácter emocional, lesiones físicas u otras cuestiones. Esto genera una compresión que obstruye el flujo y, por consecuencia, puede magnificar los dolores y disminuir la energía del organismo.
Cómo es una sesión craneosacral
La especialista Susana Mezquida detalla en una nota de su autoría publicada en Salud Terapia que durante una terapia de este estilo se liberan las tensiones y la energía que antes se usaba para mantener la contracción. Debido a esto, el paciente siente una relajación muy intensa, que al mismo tiempo le permite conectar con su yo más profundo, a incrementar su vitalidad y a permitir que utilice sus recursos de autocuración.
Cada sesión dura unos 50 o 60 minutos, y la mecánica del terapeuta consiste en colocar las manos sobre el cuerpo del paciente y palparlo de una manera muy suave, pero profunda. El especialista busca la causa de los síntomas y los muestra al organismo para que éste active su mecanismo de autosanación.