Hoy queremos compartirte un ejercicio de meditación que te ayudará a depurar tu mente, eliminando tensiones y ayudando a reducir pensamientos tóxicos. Te guiaremos paso a paso para que logres encontrar tu equilibrio.
Para comenzar esta meditación, te sugerimos que te ubiques dentro de un espacio que te ayude a relajarte y a entrar en contacto con tu interior. En lo posible, un lugar tranquilo y donde puedas apagar tu teléfono por unos instantes.
Intentá adoptar una postura cómoda pero con la espalda erguida para que tus chakras se puedan alinear mejor. Cerrando los ojos, enderezá tu cuerpo y visualiza como un hilo dorado se conecta desde el cielo hacia tu cabeza por el cual recibirás energía sanadora. Este mismo hilo imaginario recorre toda tu espalda, baja por tus caderas hasta tus piernas y tus pies, adentrándose en la tierra. Esta visualización ayuda a mantenernos enraizados mientras meditamos y expandimos el aura.
Cuando te sientas conectado y sereno, comenzá a tomar respiraciones profundas siempre inhalando y exhalando por la nariz. Tratá de visualizar cómo al tomar aire, tu cuerpo se carga de prana (Energía vital del universo) que viaja directamente a la zona de tu cabeza llevando alivio y limpieza. Tu mente se refresca, se relaja y se prepara para soltar.
Al exhalar concéntrate en dejar ir todas aquellas tensiones y preocupaciones a través del aire que expulsás de tu cuerpo. Visualizalo con un color gris que se va limpiando y aclarando con cada nueva exhalación.
Mientras continuás respirando de esta forma, intentá concéntrate en este propósito de limpiar tu energía, de vaciar la mente de palabras y pensamientos dañinos o empobrecedores. Llevá luz y calma a tu cuerpo sanando cada célula de tu organismo a través de esta respiración consciente.
Para terminar, visualizá una vibración azul brillante que ilumina toda tu frente, tu chakra coronilla y la parte posterior de tu cabeza. Conéctate con la energía de este color que aporta claridad, pensamiento superior, intuición y concentración.
Cuando te sientas listo, volvé a visualizar ese cordón dorado que te une por los pies a la tierra y por la cabeza al Universo. Volvé a enraizarte tomando consciencia de donde estás aquí y ahora.