La Luna Nueva en tauro nos beneficia y nos alineamos a ella.

Este viernes 6 de Mayo tenemos la Luna Nueva en Tauro del año y es uno (O, tal vez, el mejor) de los momentos astrológicos más propicios para pedir y trabajar nuestra abundancia. Por eso, decidimos incluir esta información dentro de nuestro Taller y desafío positivo.

Cuando se da la Luna nueva, significa que ella y el sol comparten la energía del mismo signo potenciando la vibración que nos llega hasta la tierra. En este caso se da en Tauro, un signo que nos conecta con la perseverancia de trabajar los sueños en la vida práctica, la sensorialidad para captar y conectar con la belleza del mundo, la corporalidad para sabernos físicos y etéricos, al mismo tiempo, el equilibrio entre la energía femenina y masculina dentro de nosotros.

Todos estos aspectos están vinculados a nuestra abundante (O no) vida personal. Y como esta fase lunar simboliza un nuevo inicio y renacimiento, es el tiempo de sembrar aquello que nos hemos propuesto alcanzar para vivir plenamente.

Pero queremos recordarnos y recordarte que, muchas veces, el flujo de abundancia viene acompañado de cambios y de un nuevo orden que tenés que integrar en vos y en tus tareas cotidianas, una nueva forma de pensarte y comprender lo que te rodea, una conciencia de suavidad necesaria para percibir y captar. Y, de ningún modo, esto es una excusa para cerrarte o alejarte de las posibilidades.

Procurá mantenerte abierta, conectada, atenta para recibir las bendiciones y las señales. Abrazá los ciclos naturales y, también, los tuyos internos. Tratate a vos, a tu trabajo y a quienes te rodean con gentileza, con sensibilidad, con intuición creativa.

Usá este día para plantar. Es tiempo de sembrar todas aquellas intenciones acerca de cómo querés empezar de nuevo en materia de abundancia. Se precisa, enunciá tus decretos en forma afirmativa, sumá intenciones sobre el poder disfrutar, sentir, confiar. Y cuando tengas listas tus intenciones, visualizá cómo la energía de la tierra sube desde su centro, pasa por tus pies subiendo y recorriéndote, saliendo, finalmente, a través de la zona superior de la cabeza, elevando tus pedidos e intenciones al Cielo.