Este es nuestro segundo día de Taller de abundancia y seguiremos avanzando en este trabajo interno de cada uno. Hoy, vamos a recordar que para administrar bien nuestra riqueza y nuestra prosperidad, debemos administrar bien nuestra energía y nuestros recursos personales.
¿Cuáles creés, sentís o sabés que son tus dones especiales?
¿Cómo es tu relación con ellos? ¿Los honrás invirtiéndolos bien y brindándoselos a momentos y relaciones que valgan la pena o los derrochás por ahí porque, total, tenés mucho de ellos y te salen fácil y sin esfuerzo?
¿Cómo utilizás tus pensamientos? ¿Los tratás de seleccionar enfocándote en lo que te inspira, en agradecer lo que obtienes cada día, pensando algo bueno y positivo de alguien que tuvo un buen gesto con vos o los amontonás pensando y pensando en aquello que aún no lograste, en cómo puede ser que te pasen las cosas que te pasan o deteniéndote a rememorar una y mil veces, las malas acciones y actitudes que han tenido con vos en alguna situación particular?
Al igual que el dinero y la prosperidad, tus pensamientos son energía. Entonces, ¿Por qué los malgastás así? ¿Por qué no cuidarlos y tratar de que sean lo más luminosos y vibrantes posibles?
La riqueza en momentos y en personas
Selecioná una persona o un momento de tu historia qué quieras agradecer y por los cuales te sentís bendecido y completo
¿Cuánto tiempo semanal te dedicás a realizar alguna tarea que te guste y te de felicidad?
¿Cómo reaccionás frente a los halagos que te hacen a vos mismo? Te dan culpa, te dan vergüenza, respondés minimizando tus logros o tus esfuerzos?
Dieta de malas inversiones
Muchas veces, nos encontramos dedicando gran cantidad de tiempo y esfuerzo a relaciones que no nos hacen sentir bien, a trabajos que no somos capaces de amar ni siquiera una hora al día. También, es común, descubrirnos pensando y pensando siempre en las mismas instancias que nos preocupan, nos enojan, nos dan miedo. Es allí donde estamos invirtiendo mal nuestra energía. Y cuando eso pasa, tenemos que pensar que la energía es un recurso interno y si la malgastamos o la usamos mal, malo será también lo que recibamos. Lo mismo pasa con tu abundancia.
Al menos por hoy
Elegí (Y cumplilo) una persona, un entorno y un pensamiento que sepas que te hacen mal, que te contactan con la escases, con la negatividad y con la sensación in-completitud y proponete no frecuentarlos, no admitirlos ni dejarlos entrar a tu interior y a tu presente.
Aunque sea hoy y solo por hoy, porque siempre es hoy cuando sanamos y podemos brillar.