La salud emocional es tan importante como la salud de tu cuerpo físico y, como siempre te contamos, están súper relacionadas y una afecta a la otra. Por eso, hoy queremos compartirte tres actitudes que brindan armonía y bienestar a nivel anímico:
Dejá de postergar: Basta de excusas y “despueses”. El día para cambiar, mejorar, decidir y empezar es hoy. El lunes ya no está de moda y tus emociones piden atención para no cristalizarse luego en tu cuerpo y terminar generando un síntoma, un desequilibrio o un dolor. No te mientas más ni busques la manera de dilatarlo: Empezá ahora mismo decidiendo y tomando la responsabilidad de tu bienestar, tu salud y tu felicidad. Lo que sea que estés necesitando para sentirte mejor, tiene que empezar por despertar tu voluntad. Postergar nos lleva a acumular, sobrecargar, terminar agobiándonos y hasta enojados porque siempre nos queda pendiente.
Date tiempo & prioridad: Una de las claves más importantes a la hora de armonizar nuestras emociones es el brindarnos prioridad y tiempo para estar con nosotros mismos. Puede ser dormir, estar solos, romper una rutina por un día, decirle que “No” a alguien o a algo que verdaderamente nos agobia y no queremos vivenciar pero nos daba culpa o nos sentíamos a cargo. Tu lugar vale y tu necesidad interna también. Brindate lo que esperabas que te dieran otros.
Si no podés solo, pedí ayuda: No te inventes súper poderes, porque seguramente ya te han concedido bastantes. Cuando no puedas, pedí ayuda sin leerte como débil, sensible o vulnerable. Pedir asistencia a tiempo es una gran sabiduría y es de bien valientes reconocer los propios límites. Permitite recibir y transformá tu concepto de responsabilidad.