Brindar o auto realizarte un masaje corporal activa, al mismo tiempo, beneficios emocionales y terapéuticos. Hoy te contamos tres maneras de enriquecer y prolongar los efectos de la masoterapia.
Unas gotitas de aromaterapia en el cuello: Al finalizar la técnica de masaje que hayas elegido, te sugiero colocar unas gotitas mínimas de aceite esencial de jazmín o de rosas en la parte posterior del cuello y detrás de las orejas. Esta práctica provoca que la persona pueda percibir el aroma y sus propiedades mientras camina y continúa con el resto de su jornada. Elegí particularmente las esencias de estas flores porque ambas trabajan aportando autoestima, esperanza y amor por la vida.
Sumar sahumado para limpiar el aura: Al finalizar la práctica de masaje, te comparto una herramienta que me ha ayudado mucho a mí, a mis pacientes y a mi espacio de trabajo. Antes de indicarle a la persona que se incorpore de la camilla, utilizo un incienso o madera de palo santo encendida y oriento el humo a través de todo su cuerpo. Esta técnica trabaja terminando de limpiar el aura y, al mismo tiempo, ayuda a descongestionar el ambiente después del trabajo terapéutico.
Incorporá bastante agua para ayudar al cuerpo a purificarse: Tanto el terapeuta como el paciente, necesita beber una cantidad abundante de agua, a lo largo del día, después de brindar o haber recibido un masaje. Esto le facilita al cuerpo la expulsión de toxinas y energías que se han movilizado durante la sesión y duplica los beneficios purificantes de la práctica.