Sintonizá con tu bienestar, con tus sueños, con tu armonía y, desde adentro hacia afuera, convertirte en pura música de alta vibración. Elijamos honrando nuestro equilibrio.
Recorré el dial de tus pensamientos: Recorré tu mente como si observaras desde afuera, sin juzgarte. Dejá pasar los pensamientos y las imágenes que llegan a vos, hasta encontrar una serie de ideas o visiones que realmente te hagan sentir bien, te aporten esperanza, te conecten con lo positivo del presente y con las oportunidades que tenés para accionar. Sintonizá tu mejor versión desde adentro y observá cómo se replica a tu alrededor.
Bajale el volumen al miedo: Todos tenemos temores internos que actúan como interrupciones. Cuando estamos decididos a cambiar o a empezar de nuevo, algo en nosotros y en quienes nos rodean, siempre puede mostrar un nivel de resistencia. No te desanimes ni te dejes consumir por ideas limitantes o pesimistas, acordate que podés optar por bajarle el volumen y evitar aturdirte.
Sé la melodía que buscabas: La armonía tiene que ser un estado a cultivar en vos. Estés donde estés, intenta vibrar vos mismo esa calma y esa alineación con el bienestar que buscabas recibir desde afuera. Transformate en tu propia medicina, tratate con amor, con paciencia, compartí tu tiempo y tus dones con gente que sepa honrarlos y los necesite. Agradecete por tus aprendizajes y permitite las pausas y los cambios de camino que necesites durante tu gran viaje personal.