Como indica un artículo del sitio Cuerpo Mente, la salud humana depende no solo del bienestar físico, sino también espiritual y mental. En realidad, si lo pensamos, todo va de la mano. Por eso es clave conocer cuáles son las actividades que podemos implementar para ayudarnos a estar mejor, íntegramente.
Reiki: como explica el sitio mencionado, esta práctica fundada en 1922 por el budista japonés Mikao Usui involucra que sus practicantes impongan sus manos sobre la persona a la vez que se concentran en transferirles “energía universal”, lo que favorece la autosanación.
Meditación: monjes de todas las religiones han dedicado gran parte de su vida a meditar y hay pruebas de que esta práctica ayuda a mejorar la respuesta del sistema inmune, protege contra las recaídas en la depresión, disminuye la velocidad del avance del VIH e incluso suaviza la piel, debido a una mejor oxigenación del cuerpo, como señala un artículo del sitio institucional de la organización Hermandad Blanca.
Oración y curación a distancia: La revista The Lancet publicó un estudio del Centro Médico de la Universidad de Duke que puso a prueba la eficacia de la oración y la curación a distancia. Los investigadores pidieron a grupos de religiosos que rezaran por la salud de pacientes sometidos a operaciones cardíacas. Los resultados indicaron que se produjo una mejoría del 30-50% en la salud de los enfermos, con menos complicaciones y fallos cardíacos, como indica Cuerpo Mente.
Autohipnosis: Peter Whorwell, un médico de la Universidad de Manchester, ha tratado toda su vida de construir un cuerpo de evidencia suficientemente relevante para que se admita la hipnosis como diagnóstico en el caso de pacientes con inflamación en el recubrimiento intestinal. El método de Whorwell es poco ortodoxo, pero parece funcionar, como señala Hermandad Blanca.
Para implementarlo, se debe crear una imagen mental del funcionamiento de los intestinos que sus pacientes puedan comprender, y luego utilizar sensaciones visuales o táctiles (como el calor o la sensación sinestéstica del propio cuerpo) para imaginar cómo sería el funcionamiento “normal” o sano del cuerpo.
Medicina antroposófica: está basada en la visión del hombre según el filósofo Rudolf Steiner, que combinó tradiciones de Oriente y Occidente. Entiende que somos el resultado de la superposición de distintos cuerpos o dimensiones: físico, emocional y etérico o espiritual. La evolución espiritual y la salud están relacionadas, como detalla Cuerpo Mente.
Técnicas neochamánicas: estas metodologías recuperan antiguas tradiciones indígenas y las adaptan a los tiempos actuales. La “búsqueda de la visión” es el objetivo de rituales, prácticas y dinámicas psicológicas que utilizan el contacto con la naturaleza, la meditación, el ayuno, las técnicas de respiración, las plantas con efectos psíquicos o el apoyo del grupo, entre otros métodos. Todos tienen alguna influencia sobre las profundidades de la conciencia, según indica el portal mencionado.