Aunque, a veces, te cueste salir de la cama, tenés que saber que, la mañana, es el mejor momento para dedicarle cuidado a tu cuerpo y a tu energía. Hoy te compartimos unos tips sencillos para aprovechar tu tiempo matinal y hacerte bien:
Ponete un objetivo real: Tenés que adelantar un ratito el despertador, pero vos y yo sabemos que si lo fijás (Exageradamente) dos horas antes de tu horario normal, jamás vas a levantarte y, finalmente, te vas a quedar dormido. Resultado: Ni vas a ejercitarte, ni vas a llegar a tiempo a tus tareas.
Entonces, adelantá tu reloj, solamente, media hora. Con treinta minutos ya tenés un tiempo suficiente y adecuado para preparar y fortalecer tu cuerpo. Real, posible y medible.
Estirate, alárgate, date espacio: Movilizá tus brazos, tus piernas, tus articulaciones, tu espalda. Dale fluidez a tu energía interna a través de movimientos o posturas que te permitan sentir cómo alargás tu cuerpo. Esta sensación y gesto de estirar, ayuda a eliminar bloqueos y alivia zonas que acumulen tensión, dolor y contracturas. Además, todos los ejercicios que te ayudan ablandando zonas de cuerpo, te permiten también flexibilizar pensamientos y posturas emocionales rígidas.
Un momento para meditar: A través de la contemplación logramos recuperar nuestro centro y conexión con la energía espiritual. Ambos encuentros favorecen la salud de tu cuerpo porque trabajan directamente sobre tu sistema nervioso y sobre tu campo emocional. Dedicá cinco minutos de tu mañana a realizar una meditación tranquila y notarás enormes cambios en tu cuerpo y en tu salud integral.
Recordá que, a dónde va tu atención, va tu energía. Entonces, si hacés el esfuerzo de pensar en tu bienestar, como primera pauta del día y programás alguna actividad que te haga bien (Ya sean estos estiramientos o la rutina de salud que utilices normalmente para ejercitarte) ya estarás un paso más adelante en tu encuentro con la armonía.