Elegí con la intuición, con el corazón, con la percepción y siguiendo las señales que tu cuerpo siente y registra al estar con otras personas. De vos depende que tu día se transforme en algo más bello y de quién elijas rodearte dependerá gran parte de esa armonía.
Te sugerimos anotar al lado de cada grupo, los nombres de esas personas de tu vida que incluirías en las siguientes categorías:
¿Quiénes impulsan tus sueños? Ellos siempre te dan valor y confianza para seguir adelante. Son realistas pero esperanzadores y jamás van a darte una mirada derrotista. Con ellos crecés y te animás a más.
¿Quiénes te retan cuando lo necesitás? Te ayudan a entender, con dulzura y objetividad, cuándo estás en un punto equivocado y tratan de ayudar a descubrir la mejor manera de solucionarlo. Su palabra y su perspectiva siempre te aportan claridad y justeza cuando, por alguna razón, vos no sos capaz de tenerla.
¿Quiénes te abrazan con manos que parecieran curarte? Hay abrazos que necesitamos, que no se parecen a ningún otro y nos conceden una gran curación. Los guardás en tu caja de personas especiales y casi siempre aparecen en el momento justo. Seguramente, quisieras poder mudarte a ese abrazo por un buen rato.
¿Quiénes se alegran verdaderamente de tus logros? El nombre que pongas acá al lado es muy importante. Aquellas personas que, verdaderamente, disfrutan y se alegran de tus logros, valen muchísimo y son irremplazables, su energía y su alegría por vos se expanden y te benefician con amor y con amistad sagrada.
¿Quiénes te hacen sentir contenta con su presencia, su energía o su voz? Ellos son los encargados de cambiar tu día. Con un simple mensaje, un chat o un cruce espontaneo, ya embellecen e incentivan tu jornada.
Dá las gracias por todas esas personas especiales que tenés en tu vida. Sean diez, sean tres o sean cincuenta, lo importante es no coleccionar pseudo-vínculos, sino rodearte de quienes verdaderamente te hacen sentir luminoso y honrado.