Este es un ejercicio simple y eficiente que, a través de tu respiración, te enseñará a calamar tensiones y a volver al centro. Ideal para realizar en días donde te sientas un tanto nerviosa o en ansiedad:
Sentate con la espalada recta y los hombros relajados.
Revisa que tu coronilla esté hacia el cielo y masajeala para relajarla y expandirla. Recordá que es el punto de conexión con tu intuición y tu sabiduría.
Llevá tu mentón, un poquito hacia abajo para conectarlo con tu pecho. Uní tu cuerpo.
LLevá una mano a tu pecho y otra hacia el abdomen, para registrar el recorrido del aire y de tu propia energía.
Realizá veinte respiraciones completas, tomando y exhalando el aire por la nariz.
Importante: La calve es que lleves un conteo donde la inhalación y la exhalación duren la misma cantidad de segundos. Por ejemplo, si inhalaste en cuatro, ahora exhalá en cuatro también. Intentá mantener la misma frecuencia durante las veinte respiraciones.
Beneficios:
- Equilibra tu sistema nervioso
- Conecta tu mente con tu respiración, aportando calma, restauración y descanso.
- Reduce ansiedad y nerviosismo
- Relaja el ritmo cardíaco.