Si estamos sintiendo poca afinidad o demasiado tironeo en nuestros vínculos, preguntémonos qué estamos proyectando para atraer esta energía. Hoy te contamos sobre esos aspectos que son nuestros, pero solo los vemos en los demás:
El otro saca lo peor de mí: Hay momentos en los cuales no podemos entender cómo es que esa persona que elegimos, nos lleva a nuestro extremo, nos activa nuestra energía de lucha o discusión casi con el menor gesto. Tenemos que entender que desde alguna perspectiva, ese otro es nuestro maestro. Hay algo profundamente enquistado en nuestra personalidad o en nuestras emociones que tiene que ver con ese aspecto que vemos en la otra persona y necesita ser sanado. Es ese otro quien se está encargando de mostrárnoslo en espejo. Lo que estamos viendo afuera tiene que ver con algo que permanece muy en nuestro interior.
Me pide lo que más me cuesta: Otra clave de las relaciones espejo es que sentimos que nuestra compañía nos pide justo lo que más difícil nos resulta, justo eso que no logramos entregar tan fácilmente. Esto tiene su razón: Necesitás concederlo, trabajarlo, trascenderlo o aprender a fijar tu poder y tu decisión de no hacerlo. Tratemos de darle la vuelta hasta poder ver con claridad qué nos está mostrando esta relación que tanto nos exige.
Cómo sanar estas relaciones:
• Empezando por vos – Buscá ese mismo aspecto en tu personalidad. Si lo viste en el otro, permanece escondido en tu interior. Mírate con perspectiva (Muchas veces no es exactamente la misma actitud, pero si gran parte de ella)
• Explicale y explicate cómo te hace sentir. Liberar ayuda a sanar
• Ahondá en tus temores más arraigados. Seguramente esta pareja te lleva a ese límite para que consciente o inconscientemente puedas desafiarte y transcender ese dolor o limitación interna. Esto no significa que debas permanecer con alguien que te hace sentir mal o te ejerce daño en vos, sino que utilices tu sabiduría para integrar estos aspectos que se te están mostrando.
Cuando integramos un aprendizaje, dejamos de atraerlo hacia nuestra vida. A medida que nosotros evolucionamos, nuestras relaciones también lo harán.