¿Sabías que la práctica regular de Yoga beneficia y ayuda a regular naturalmente el funcionamiento de la glándula Tiroides? Hoy te contamos cómo y te compartimos algunas posturas que pueden beneficiarte:
Una de las áreas constitutivas de Yoga son sus series de asanas o posturas físicas. Si bien las armamos a través de nuestro cuerpo, en realidad se potencian y se vivencian también en nuestra mente y en nuestra respiración. Por eso, envía salud a las diferentes zonas de nuestro organismo en forma integral.
La glándula Tiroides, se encuentra ubicada en la zona frontal inferior de nuestro cuello y es la encargada de producir las hormonas que regulan nuestro metabolismo. Cuando hay disfunción o desequilibrio, es común experimentar diferentes síntomas: Aumento o disminución de nuestro peso independientemente de cuánto comamos, sensación de fatiga o hiperactividad, nerviosismo, falta de energías para enfrentar el día y disfunción en la fertilidad, entre otros.
A través de Yoga podemos estimular y relajar la glándula tiroides mejorando su funcionamiento y asistir el tratamiento que estemos realizando. Te compartimos algunas posturas que benefician cada caso:
Para Hipertiroidismo: Como este caso revela un aumento en el ritmo de la glándula, las posturas que benefician y armonizan su funcionamiento son aquellas que trabajan a partir de la relajación y conexión con esta zona del cuerpo: Te recomiendo realizar especialmente la postura de Savasana con mucha consciencia de tu respiración. También la postura de la Cobra, porque expande el pecho, la garganta y masajea la zona del sistema reproductor.
Para Hipotiroidismo: En este caso, la glándula funciona a un ritmo más lento del que debería, entonces tenemos que estimularla para que armonice su ciclo. Te sugiero especialmente las posturas invertidas como La Vela. En esta postura, al presionar el pecho con el mentón y al tener el cuerpo ubicado en forma inversa, estimulamos e irrigamos muy bien la zona de la glándula Tiroides, armonizando su funcionamiento.
Como siempre, sugerimos que la práctica sea consultada o supervisada por tu instructor y tu medico de confianza, para que puedas ajustarla a tu caso personal y optimizar sus beneficios.