Esta novedosa disciplina plantea una nueva forma de trabajo a nivel espiritual. Es un trabajo “álmico” y sensible, que nada tiene que ver con lo que esperaríamos escuchar o con la opinión general humana.
Los registros akáshikos son un lugar en el que se almacena la información del alma de una persona, sin tiempo. Un espacio sagrado al que se accede a través de oraciones e invocaciones, según indica Dalia Walker, Canalizadora de Registros Akáshikos y directora de Tienda Fe en un artículo del sitio institucional Somos Fe.
Lo que se necesita para ingresar a estos archivos sagrados es un canalizador (es decir, una persona que se pone al servicio de este objetivo), quien entrega su apertura a quien lo solicita toda su energía, sensibilidad y atención para llevar a cabo el proceso.
¿Qué tipos de registros tenemos?
Como indica la tradición hindú, estos registros son las memorias del alma, desde que sale de la divinidad hasta que retorna a ella, y todos los seres poseen su registro, aunque el de las personas es individual, mientras que el de las plantas, los animales y minerales es grupal, según menciona el diario Clarín en un artículo.
¿Qué podemos ver en un registro akáshico?
En esta gran “biblioteca” de archivos podemos encontrarnos con imágenes de nuestra vida actual, pero también con escenas de nuestras vidas pasadas. Todo lo que haya afectado nuestra alma se encontrará guardado en ese lugar, según Clarín.
¿Cuándo es conveniente tomar una consulta de Registros Akáshicos?
Existen momentos claves en la vida en los que una consulta de estos registros puede ser de gran ayuda, como señala Dalia. Algunos de estos momentos son:
- De incertidumbre.
- De toma de decisiones importantes.
- De apertura espiritual.
- En los que necesitamos recibir una nueva información pero no sabemos a través de qué medio.