Todos quisiéramos vivir relajados y, sin embargo, pareciera que, a muchos de nosotros, nos resulta realmente difícil el alcanzar algo tan sencillo. Estoy convencida de que la mayoría de nosotros utilizamos mucho más la palabra “relax” de lo que verdaderamente la hemos experimentado y que, muchas veces, corremos grandes maratones atrás del descanso. Esto no es lo que buscamos, por eso, hoy te compartimos una técnica simple para que puedas bajar revoluciones y para que relajarte no se convierta en un estrés.
Prepara tu cuerpo: Elige un espacio tranquilo y silencioso que te ayude a reconectarte con tu cuerpo y a descansar por algunos minutos. Ubícate recostado sobre el suelo, separando tus brazos y tus piernas para que la energía estancada, pueda liberarse.
Ahora cierra tus ojos en forma suave y con tus dedos masajea levemente tu frente con la intención de relajar los pensamientos y las tensiones. Siente cómo vas serenando, poco a poco, toda tu cabeza. Recuerda que desde allí, enviarás la orden de tranquilidad y el permiso a tu cuerpo para que apacigüe su ritmo.
Utiliza tu visualización para viajar: Activa tu imaginación y permite crear una imagen de un lugar que te serene y te transmita tranquilidad. Voy a sugerirte una en especial, pero siéntete libre para crear la que más te inspire.
Imagínate flotando sobre el agua, sin realizar ningún esfuerzo. Siente cómo la corriente se encarga de ti y te direcciona cada vez más lento, hacia una zona cálida y tranquila. Suelta tu espalda y establece la intención de dejar de sostener tus responsabilidades, por un momento. Regálate este tiempo desde tu intención y recuérdate disfrutarlo.
Visualízate rodeado de una tonalidad azulada que cubre y envuelve todo tu cuerpo. Recuerda que este color nos reconecta con la tranquilidad y nos induce al descanso. Respira de este azul reparador y permite que la energía fluya internamente.
Simplemente Respira: Ahora, solo tienes que realizar una única cosa y proponte hacerlo con toda tu atención: Respira profunda y suavemente. Inhala toda la energía de este descanso y siéntela recorrer tus piernas, tu abdomen, tu pecho, tus brazos y tu cabeza.
Ahora exhala y libera todo aquello que aun te pese en tu interior. Siéntete liviano, sostenido y fluyendo en este viaje azul que puedes emprender cada vez que lo necesites. Recuérdate cuán importante es comprender que realmente nos merecemos detener el ritmo y serenar nuestra energía. Ya no corras atrás del descanso, mejor entrénate para aprender a crearlo aquí y ahora.