A estas alturas ya sabemos que no existen recetas mágicas. Pero, también sabemos que está en nosotros el mejorar y sumar calidad de vida. Que siempre podemos hacer algo para estar mejor, para reírnos más y tomarnos la vida con la magia que se merece. Hagamos algo por nosotros y hagámoslo hoy:
Nos pasamos la vida haciendo cosas. Agendas, planners y todo tipo de calendarios digitales nos persiguen a lo largo del día. Hoy te propongo que nos dediquemos un momento para pensar en cuánto tiempo semanal nos tomamos para nosotros. En cuándo fue la última vez que hicimos algo que nos haya hecho sentir bien.
Cada uno de nosotros sabe qué necesita o qué disfruta. Muchas veces, tenemos nuestra rutina de bienestar más o menos aceitada, pero en cuanto activamos un nuevo proyecto, un poco más de trabajo o una nueva responsabilidad, la dejamos a un lado y pareciera que, por arte de magia, desaparece de nuestra memoria. Perdemos el registro de lo que nos hacía bien, dejamos de dedicarnos el cuidado que necesitamos para poder cumplir con todo lo demás.
Una manera efectiva de empezar a tomar mayor conciencia es hacer este ejercicio simple en forma diaria. Cada noche, antes de irte a dormir, preguntate ¿Qué hice por mi, hoy?
Si te cuesta recordar dedicarte este momento, entonces usá tus herramientas decó: Una pizarrá, unas letras decorativas, los imanes de la heladera o lo que sea que encuentres para que escribir bien grande esta pregunta que necesitamos hacernos todos los días.
Si pasa una semana en la cual tu respuesta siempre es “nada”, tal vez no sea tan grave y lo remediamos fácilmente si nos comprometemos a cuidarnos mejor. Si pasa un mes, entonces sí es un llamado de atención personal.
Maneras de hacer cosas por nosotros:
• Tomar decisiones sobre nuestra vida (Esto incluye el permitirte no tomar ninguna decisión si hoy no te sentís listo. No te presiones. Eso es hacer algo enorme por vos mismo)
• Comprarnos algo que queríamos hace mucho. (Sin culpas!!!)
• Dedicarnos un día de spa. Y si no hay presupuesto, que no haya excusas: Vos mismo te pasás tus cremas favoritas, te conectás con tu cuerpo, te bañás con sales y te perfumás con tu fragancia preferida.
• Alimentarnos lo más sano y natural posible
• Elegir con conciencia nuestras relaciones y vínculos.
• Permitirnos decir que no