Muchas veces, experimentamos malestares estomacales, espasmos gástricos, vértigo, vómitos o cólicos intestinales que no tienen nada que ver con una intoxicación de alimentos en mal estado o una ingesta excesiva. Hoy te contamos cómo una información, una discusión o una noticia shockeante, también, te pueden causar estos síntomas tan incomodos.
Pensemos: La función digestiva se basa, básicamente, en “asimilar” los alimentos. Pero todos sabemos bien, que el alimento no es solo la comida y la bebida que ingerimos, sino que también podríamos denominar alimento a todo lo que consumimos y nos rodea. Las relaciones, los programas televisivos que miramos durante los almuerzos y las cenas, los pensamientos que hacemos circular una y otra vez en nuestra mente y las emociones.
Personalmente, he comprobado que una noticia inesperada que nos revela información para la cual no estábamos preparados o no queríamos asumir, nos genera un gran desequilibrio gastrointestinal, porque no logramos “asimilar” esta verdad y terminamos por “indigestarnos” con las palabras, los sentimientos y las ideas abrumadoras de cómo resolverlo, cómo afrontarlo o como compartírselo a otra persona que creemos que necesita saberlo. (Por ejemplo, comprobar una infidelidad en una pareja a la que apreciamos y no saber bien cómo manejar esta información: ¿Le contamos, no le contamos?, ¿Es nuestra responsabilidad?, ¿Seremos culpables? y todo tipo de preguntas internas que parecieran intoxicarnos en forma potente.
Otra manera de indigestarnos emocionalmente es el cenar mirando o escuchando programas noticieros o de información que transmiten noticias violentas, agresivas o de tinte amarillitas, que nos provocan sentimientos de temor, pánico e indefensión.
Resulta muy importante, recuperar o adoptar una nueva manera de equilibrar y celebrar nuestra alimentación. El momento de la comida necesita ser armonioso, tranquilo, feliz. En Oriente, por ejemplo, muchas culturas y familias toman el momento de la comida como una Meditación. Se alimentan agradeciendo, en silencio, conectados y en postura de humildad.
Sin necesidad de volvernos tan estrictos, podemos evaluar de qué forma podemos mejorar nuestro momento alimenticio, para que realmente sea disfrutable, recuperador y sobre todo nutritivo en todos los aspectos: Física, espiritual, emocional y energéticamente.