Una de las formas más efectivas de mantener nuestro cuerpo saludable es aprendiendo a resguardar nuestra energía. Existen diferentes maneras de protegernos y fortalecernos para no desvitalizarnos, pero cada uno de nosotros encontrará la que mejor se ajuste a su forma de vida. Hoy te compartimos algunas opciones para que puedas descubrir la tuya:
Nuestra energía se resguarda y se potencia cuando sanamos la relación con nosotros mismos. Porque nos tratamos con dulzura, nos respetamos, nos sinceramos y aprendemos a poner límites saludables. Esto provoca que todas nuestras relaciones externas también se sanen y el entorno vibre en forma armónica. Cuánto más alineados estemos, de mayor calidad serán los vínculos que atraeremos.
Otra manera de cuidar y proteger nuestra energía personal es alimentándonos de forma natural y saludable y desarrollando pensamientos positivos que nos ayuden a enfocarnos en el presente y a sabernos responsables de la realidad que vamos co-creando. Siempre podemos hacer algo para mejorar y sanar nuestro tiempo.
Las Gemas y los cristales nos permiten reforzar nuestra energía mediante su vibración porque la transmiten directamente hacia nuestra aura. Nos ayudan a armonizar los chakras y a disminuir bloqueos o interferencias entre nuestra personalidad y nuestra alma. Al igual que las flores, nos permiten recuperar nuestro contacto con la esencia.
Alivianar nuestro cuerpo energético utilizando sal marina durante el baño o encendiendo Palo Santo para sahumarnos respetuosamente y depurar nuestra aura, resulta muy efectivo y nos proporciona un agradable bienestar. Recomendado, especialmente, para días de estrés o tensión emocional.
Recibir energía Reiki nos permite no sólo reforzar nuestra vibración sino además, elevar su calidad y mantenernos protegidos frente a posibles interferencias o energías negativas y residuales. Actúa directamente sobre nosotros en forma integral beneficiando nuestra mente, nuestro físico y nuestras emociones.
Algunos Beneficios de proteger nuestra energía:
• Nuestros chakras se mantienen alineados
• Mejoramos la manera de relacionarnos con nosotros y con los demás
• Nuestro cuerpo se siente y funciona saludablemente.
• Sumamos vibración positiva a nuestro entorno