El Shampoo sólido reemplaza al formato líquido, es práctico y contamina menos. Al ser de origen natural (no tiene parabens ni sulfato, es ideal para las pieles sensibles), y sus aceites esenciales estimulan mejor el cuero cabelludo y no afectan el brillo original del pelo. Dura entre 80 y 100 lavados.
Por sus múltiples usos, el Aceite de coco es un comodín indispensable, sobre todo para llevar de viaje. Sirve para hidratar y regenerar la piel (no te expongas al sol si te lo aplicaste), y se puede utilizar como desodorante o pasta de dental. Como se fuera poco se puede usar para cocinar o condimentar comidas.
El Jabón de carbón activado llega para reemplazar a todos los frascos de leches y geles de limpieza facial. Es importante conservalo en seco para prolongar su uso. Remueve toxinas y bacterias, purifica y desintoxica, y da un efecto lifting al tensar lo poros. Incluso puede tratar pigmentaciones y hasta desórdenes de la piel como acné, psoriasis, eczema, etc. Además, quita el mal olor en las axilas.
Los aceites esenciales capturan las sustancias químicas y la fragancia que contienen las plantas medicinales, por lo tanto son ideales para tratar ciertos malestares o afecciones y hasta perfumarse. El de lavanda, por ejemplo, ayuda a tratar problemas de piel, ansiedad, estrés, insomnio y la migraña. El árbol del té sirve para cortes, picaduras, acné, combatir hongos y herpes, etc. El de geranio es ideal para tratar el síndrome premenstrual y el eucalipto es descongestivo , calma los dolores de cabeza y trata la fiebre, y repele mosquitos.
Aunque si de combatir mosquitos se trata, la mejor manera es tener a mano un frasquito de Citronella, el repelente natural por excelencia. Ocupa poco espacio y no es tan molesto ni tóxico como los productos químicos que encontramos en cualquier supermercado o farmacia tradicional.