Al ser una práctica que trabaja nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones en forma integrada, nos ayuda muchísimo a sanar y potenciar nuestra energía y disposición sexual. Hoy te contamos algunas claves para que puedas disfrutar de tu cuerpo al máximo:
Al practicar Yoga con regularidad, uno de los beneficios que comprobarás más rápidamente, es que tu conexión y registro de tu cuerpo se amplía. Esto quiere decir que nos percibimos mejor, que registramos lo que sentimos con facilidad y que nos permitimos explorar nuestra propia energía. Esta nueva disposición personal beneficia ampliamente nuestra sexualidad porque aprendemos a re-dirigir nuestra atención a nuestro cuerpo y experimentamos sensaciones nuevas e intensas.
Otro de sus beneficios es que al realizar las asanas (posturas) de Yoga, trabajamos y mejoramos muchísimo nuestra flexibilidad y elongación corporal. Esto suma amplitud y comodidad, para explorar nuevas formas de encontrarnos sexualmente y renovar la energía en la pareja. Además, no te olvides que flexibilizando cuerpo, también flexibilizamos mente, entonces nos disponemos con una actitud mucho más abierta a disfrutar sin complejos o bloqueos personales.
Por otra parte, la práctica de Yoga nos ayuda muchísimo a tomar confianza personal y autoestima. Claramente, estas son dos actitudes que sanan la relación con nuestro propio cuerpo y nos permiten disfrutar y entregarnos a la vida con mayor aceptación y firmeza. De esta forma mejoramos muchísimo nuestras relaciones, sobre todo las de pareja.