La mayoría de las veces nos enfocamos en juzgar cómo nos tratan o nos hacen sentir los demás. Hoy te invitamos a revisar cómo te estás tratando vos mismo:
¿Por qué nunca te preguntás qué querés? ¿Alguna vez notaste que, hasta en las cosas más pequeñas o cotidianas, te dejabas siempre para el último lugar? ¿Reparaste si estabas repitiendo acciones mecánicamente sin tomarte el tiempo de frenar el mundo para preguntarte si realmente te estabas haciendo feliz? Hoy siempre es un buen día para hacer algo por nosotros, para tratarnos mejor y tomarnos unos minutos para hacernos la gran pregunta ¿Qué queremos para nosotros?
¿Por qué dedicás tanto tiempo a perseguir lo que no te inspira? Siempre habrá responsabilidades o trabajos con los cuales tengamos que comprometernos, pero estoy segura de que cuanto más hacemos lo que amamos, más amor y situaciones disfrutables nos llegan a nuestra vida. Si atraemos lo que vibramos y vibramos lo que más nos gusta, no hay manera de que no logremos conectar con lo que verdaderamente nos inspira y nos llena de vida a cada momento.
¿Por qué te alimentás sin nutrirte? Sin volvernos obsesivos ni olvidarnos de disfrutar, revisemos por qué nos estamos alimentando así, por qué no nos concedemos la cantidad de agua necesaria para sanarnos e hidratarnos, por qué comenzamos el día sin casi darnos cuenta que necesitamos conectarnos con nosotros mismos, antes de salir al mundo? Recordemos que alimento no es solo lo que ingerimos por la boca, un noticiero amarillista, una relación toxica y oxidada también puede estar siendo “comida” por nosotros.