En los hogares y en los ambientes se acumulan las energías de nuestros pensamientos, de nuestras emociones y de todas las situaciones que vivimos allí. Por eso, es importante que además de mantener limpios los espacios, también practiquemos una higiene energética con regularidad.
Todos hablan de incienso
Su uso proviene de tiempos y culturas más antiguas en donde se lo utilizaba durante ceremonias, rezos y rituales. En la actualidad, muchos de nosotros continuamos usando la quema de incienso como forma de purificar nuestros ambientes y nuestra propia energía personal.
¿Por qué?
- Porque al quemarlo estamos activando la energía del elemento fuego que trabaja transmutando aquello que se ha acumulado.
- A través del humo realizamos un barrido y una limpieza de vibraciones que hayan quedado allí estancadas.
- La variedad de incienso que elijamos, también, aporta cualidades especiales. Por ejemplo, si utilizamos varillas de ámbar, trabajaremos activando la sensualidad, la vitalidad, el movimiento y el deseo.
- Si utilizamos varillas de sándalo, trabajaremos depurando sobre todo las impresiones que dejan nuestros pensamientos, palabras e imágenes mentales sobre los ambientes que más frecuentamos.
- Podemos utilizar incienso, propiamente dicho, para liberarnos de energía del pasado. O Jazmín para elevar y sanar nuestra autoestima.
Por otra parte, el uso de estos aromas, muchas veces, facilita la reconexión con nosotros mismos e induce más fácilmente la práctica de meditación.