Si estabas con ganas, pero con dudas, con esta nota tomarás la iniciativa para sumar clases de meditación a tu jornada de deporte y entrenamiento físico. Hoy te contamos de qué manera, practicar meditación, con regularidad, beneficia tu vida cotidiana:
Aclara tu mente y te permite ampliar tu perspectiva: Meditar es, entre otras cosas, aprender a direccionar la mente, comandar la atención hacia un objetivo, evitando que se disperse o se desvié hacia muchos asuntos al mismo tiempo, drenando el doble de energía. Meditar con frecuencia, te ayuda a limpiar la mente, a ordenar tus pensamientos y tus preguntas y, por ello, facilita una visión de la vida mucho más clara y certera. Además, abre paso al desarrollo de la intuición.
Disminuye estados de estrés, mejorando tus relaciones: En meditación, se trabaja con todo nuestro cuerpo y aprendiendo a serenar la mente, obtenemos esa misma serenidad y curación sobre nuestros órganos físicos. El estrés disminuye y nuestra manera de responder ante la vida también se sana. Una persona bajo altos niveles de estrés, difícilmente pueda relacionarse sanamente con otras personas, con su familia y hasta con su pareja. Meditar nos relaciona con la vida desde una nueva forma: La plenitud y la presencia.
Te enseña la medicina de respirar en forma consciente: Cuando aprendemos a respirar de forma tal que seamos capaces de registrar cómo la energía ingresa, recorre y purifica nuestro cuerpo, activamos la medicina de una gran herramienta de sanación. Controlar tu respiración te puede salvar en momentos críticos. Cuando estamos nerviosos, tendemos a respirar mal, corto, torpe. Esto incide en el funcionamiento de nuestro cuerpo y de nuestro cerebro, afectando nuestra capacidad de respuesta y de gestión.
¿Qué estás esperando para probar una clase?