Seguramente, te pasó que a pesar de salir cansado después de una jornada deportiva y de haber entrenado, inclusive después de un largo día de trabajo, te encontrás sintiéndote más contento y más feliz que si no lo hubieras hecho.

Porque liberamos el cuerpo, cuando estamos nerviosos o bajo niveles de estrés y preocupación, nuestro organismo entero se tensa y se sobre carga, generando rigidez a lo largo y a lo ancho de nuestro organismo. Al ejercitarnos, rompemos esa pared en la cual nos convertimos y aliviamos todo el cuerpo, sacando mochilas, dolores, contracciones y pesos de encima.

Porque soltamos tensiones y preocupaciones, al poner el cuerpo en movimiento, conectamos con él y salimos de la mente. Todos esos asuntos que nos preocupaban, los impuestos, las entregas, o las reuniones, se apagan por un momento y, difícilmente, aparezcan mientras bailás, ejercitás tus piernas, realizás tu práctica de yoga o potencias tu rendimiento en una clase de crossfit.

Porque movilizamos toda la energía vital. Al trabajar con tu cuerpo y ponerlo en acción, generás una limpieza y purificación interna que se debe a que estás deshaciendo bloqueos. Al ponerte en movimiento, la energía logra llegar a zonas que no la estaban recibiendo y revitaliza todo tu organismo.

Cuando estés a punto de no ir a tu clase, recordá esto y hacé tu último esfuerzo del día. Finalmente, vas a sentirte mejor y con el cuerpo más saludable.

#PoneteEnMovimiento