De la calidad de la circulación sanguínea, depende el funcionamiento de todo el organismo. En la actualidad, si bien nuestro ritmo personal es cada vez más elevado, pareciera que nuestra circulación es cada vez más lenta.
Esto debe a que no nos alimentamos bien, pasamos grandes periodos laborales en donde permanecemos sentados o expuestos a situaciones de estrés, nos movemos en auto a todas partes, evitando caminar y la mayoría de los deportes los practicamos en lugares cerrados llenos de gente, donde falta el aporte y la energía de un ambiente natural con oxígeno puro y saludable.
Existen algunos síntomas que podemos reconocer cuando experimentamos una circulación dificultosa y obstruida. Por ejemplo, los calambres nocturnos, los mareos, la baja temperatura en manos y pies aun estando en ambientes cálidos, percibir las piernas pesadas y doloridas y la aparición de celulitis.
Hoy veremos algunos remedios naturales que puedes utilizar para mejorar la circulación de todo tu cuerpo sin agredirlo con fármacos o químicos invasivos. Apostando, siempre, a la naturaleza como fuente de sanación poderosa y armónica.
El Ginkgo Biloba es una especie nativa de China que tiene aproximadamente doscientos millones de años. Sus hojas son de color verde casi la mayoría del año, salvo en otoño donde se vuelven totalmente amarillas. Esta planta incrementa el riego sanguíneo y regula la elasticidad de los capilares. Por eso, su consumo es ideal en casos de una circulación lenta y deteriorada ya que favorece el circuito, generando una mayor irrigación. Es útil, también, en casos de depresión por insuficiencia cerebrovascular. La mayoría de los tratamientos estéticos y anticelulíticos, lo utilizan como uno de los componentes principales dentro de los productos elegidos.
El Romero es un arbusto proveniente de la cultura Mediterránea. Tiene un aroma distintivo y sus hojas son pequeñas y alargadas. Esta planta conlleva beneficios para la circulación periférica y se puede utilizar para combatir edemas y dolores de cabeza de origen nervioso. Tiene función antirreumática y favorece el circuito sanguíneo. Puedes utilizarlo, también, a través de la aromaterapia.
La Ortiga es una especie de origen Asiático y Europeo, que trabaja como un potente depurativo sanguíneo. De esta manera, se vuelve nuestra aliada a la hora de trabajar con una circulación obstruida ya sea por grasas, colesterol y otros residuos que impiden el correcto fluir de la sangre, generando diferentes patologías. Trabaja como un fuerte reconstituyente del organismo y es útil en casos de anemia y agotamiento ya que provee una gran cantidad de minerales y vitaminas. Debemos tener cuidado y ser muy respetuosos al recolectar esta especia ya que presenta unos pelitos que provocan irritación y urticaria.
Todas estas especies son de fácil acceso y puedes encontrarlas en las homeopáticas o negocios naturales de tu zona. Te recordamos que es importante que consultes a tu médico de cabecera antes de comenzar cualquier tratamiento.
Elegir lo natural es apostar a una conciencia más ecológica, a una vida más pura y saludable. Ahora puedes acompañar tus tratamientos y la salud física y estética de tu cuerpo con estas plantas tan benéficas para la irrigación sanguínea dentro del organismo. Sin invadirlo ni contaminarlo.