Pareja
Piel con Piel
El contacto físico como “lenguaje de amor”, es una de las claves para que la pareja pueda mantener el deseo activo y vivir una vida placentera de a dos. En esta nota, los secretos para alcanzar una conexión física cada día más amorosa.

“Uno de los aspectos esenciales en una relación de pareja es mantener contacto sensual y erótico de manera regular (que puede o no estar dado por situaciones sexuales-genitales concretas”, nos dijo la licenciada Mariana Kersz, sexóloga, psicóloga y autora del libro “Un viaje al placer”, (editado por Urano). Para la especialista, es fundamental que una pareja tenga momentos de intimidad donde por ejemplo pueda estar sin ropa o con ropa interior, brindándose momentos de disfrute y relax, estando abrazados, besándose, y generando situaciones placenteras sin que necesariamente se conviertan en situaciones sexuales, sino de acercamiento afectivo.

Charlamos con ella para que nos cuente por qué es tan importante el contacto piel con piel en una relación, y nos dio ideas para disfrutar cada día más, nuestra vida en pareja.

 

Mariana, ¿Los gestos físicos en una relación, valen más que las palabras?

Más del 80 por ciento de nuestra comunicación es no verbal. Todo aquello que no decimos es tanto o más valioso que lo que las palabras logran describir. Nuestro lenguaje, por definición, crea el mundo en el que vivimos. Pero también, al ser una construcción arbitraria, lo limita. Es allí donde entra en juego la comunicación no verbal, que en una pareja complementa perfectamente cada encuentro sexual a través de suspiros, jadeos, movimientos sutiles y a veces imperceptibles que generan un ida y vuelta en la comunicación, sin necesidad de usar palabras.

¿Qué pasa en el cuerpo cuando hay contacto piel con piel?

En el momento en que dos personas unen sus cuerpos y tienen contacto piel a piel, en una situación relajada y agradable, se liberan hormonas que tienen que ver con el bienestar y el placer. Se estimulan diferentes terminaciones nerviosas que permiten disminuir el ritmo cardíaco, y todo esto favorece a la autorregulación de las emociones, porque la persona se siente en paz durante ese encuentro y sin sentir presión para tener un encuentro sexual, sino que disfruta del espacio en el aquí y ahora, porque disminuye la liberación del cortisol, la hormona del estrés, y aumenta la oxitocina y la dopamina, las hormonas del amor.

¿Cuáles son las formas de manifestar el contacto físico?

Besarse, acariciarse, abrazarse. A veces, con buscar maneras muy simples del día a día del mundo de la pareja, se abre un abanico de posibilidades. Por ejemplo, mirar una serie abrazados, tomarse de las manos cuando salen a caminar, y/o dormir abrazados, son situaciones que alimentan e impactan positivamente en otros momentos de la pareja, mucho más íntimos, como bañarse juntos, besarse apasionadamente, recorrer el cuerpo del otro lentamente con las manos, etc.

¿Tener contacto físico, significa que haya sexo?

Para nada. La sexualidad es mucho más amplia que el sexo. Y en definitiva, toda manifestación de sexualidad es una manera de comunicarse. Cuando en una pareja hay besos apasionados, caricias íntimas, encuentros placenteros piel con piel, no necesariamente están teniendo sexo. Pero si, están alimentando positivamente la relación con cada encuentro sexual donde prima el afecto y se prioriza el bienestar por sobre la penetración.

¿Qué ideas nos das para manifestarnos más “físicamente” hacia nuestra pareja?

Recomiendo algo que realmente funciona cuando la pareja toma el tema con responsabilidad: deben hacerse el espacio y el tiempo necesarios, todos los días o algunas veces por semana, para tener una cita. En las parejas de larga data existe un mito destructivo: el deseo tiene que ser espontáneo y surgir naturalmente. Olvidamos un elemento clave para la activación del deseo, que es la conquista. Durante el primer tiempo de una relación, una pareja tiene muy activo el deseo porque el mecanismo de seducción, de novedad, y el sistema de recompensa de la mente se activan para poder generar encuentros placenteros y agradables.

¿Y después qué pasa?

Luego de un tiempo, esta conquista ya no es necesaria porque la pareja se consolida, pero se mantienen las expectativas y las falsas creencias en relación al deseo sexual. Por eso, tener al menos una vez por semana una cita (afuera o en casa), preparar una playlist, encender velas, generar un clima, cocinar juntos, es fundamental. Es decir, armar el escenario donde los miembros de la pareja sean los actores principales, de modo de estimular todos los sentidos, hace que el contacto al momento de un encuentro -sea o no sexual- funcione de una manera mucho más fluida porque están conectados afectivamente. Otra recomendación, es que todos los días, religiosamente, la pareja se bese apasionadamente, se acaricien, se abracen, se pongan de novios bajo las sábanas. Luego de un mes, probablemente el deseo sexual habrá aumentado y ambos volverán a sentirse como al inicio de la relación.

¿Hay algo más que nos puedas sumar?

Cuando pensamos en parejas de larga data, pensamos en el amor para toda la vida. Un concepto que se inventó cuando la vida duraba unos 35 años, y la gente se casaba a los 20. Durante esos 15 años que duraba “toda la vida” había tiempo de sobra para poder generar encuentros placenteros. Hoy, la premisa sigue siendo exactamente la misma, pero la esperanza de vida es de aproximadamente 80 años, y en promedio la gente se casa a los 30. ¿Qué se hace durante esos 50 años? Una buena respuesta es poder alimentar día a día la relación, correrse de los mandatos y las falsas creencias que sostienen el deseo como espontáneo y natural, y permitirse volver a conquistarse mutuamente. Nada es mágico, no hay nada de espontáneo en la conquista: todo está predeterminado. En este proceso de conquista, de seducción, toda conducta no verbal, toda comunicación no verbalizada, va a ser posible y va a marcar una pauta, un camino a seguir, que llevará seguramente a una vida placentera y posible durante los años que se sostenga esa pareja.

¡Gracias Mariana, nos encantó hablar con vos!

 

Mariana Kersz es psicóloga y sexóloga clínica. Se especializó en terapias de pareja y familia y dirige “Clínica de Parejas”, un espacio terapéutico pensado para mejorar la salud mental y sexual de sus pacientes. Pero además, acaba de lanzar el libro “Un viaje al placer”, editado por Urano. Está escrito con un aire fresco, lleno de tips, consejos y relatos divertidos, para conocernos cada vez más: nuestro cuerpo, nuestra pareja, nuestros deseos y miedos más profundos. Pueden seguirla en Instagram: @lic.marianakersz

 

 

 

 

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