Esta meditación es un ejercicio ideal para quitar de nuestras vidas situaciones que ya no queremos seguir cargando con nosotros y necesitamos sanar: Enfermedades, apegos, pensamientos negativos, miedos que nos circundan, pasado que nos persigue, adicciones y malos hábitos. Se utiliza el color violeta porque su frecuencia de energía nos conecta con el conocimiento espiritual y con la trasmutación
¡Es ideal para acompañar tus procesos de curación y crecimiento personal!
- Tomá una postura cómoda que te permita sentir tu espalda recta y tu conexión de pies con la tierra y tu cabeza con el cielo.
- Al respirar, llevá tu atención a la zona del entrecejo. Tu lugar de intuición, de perspectiva, de transformación consciente.
- Al exhalar, vas liberando todo el estrés de tu cuerpo, así como las preocupaciones de tu mente, las angustias de tu pecho y tus hombros.
- Volvé la atención a tu frente para tomar energía desde allí que es donde reside tu verdadera visión, tu capacidad de comprender las cosas con una perspectiva expandida.
- Tomá aire visualizando una enorme llama violeta que envuelve tu cuerpo por completo, pero no lo quema, solo trae pura paz, conocimiento, energía sagrada y vital.
- Ahora afirmá con convicción y continuá visualizando para asentar tu trabajo: “Yo soy presencia divina. Aquí y ahora invoco la presencia de la poderosa llama violeta para que transforme y transmute todo tipo de enfermedad, energía negativa o bloqueo que se encuentre en mi cuerpo físico, cuerpo emocional y cuerpo mental.
- Sentí tu respiración y cómo tu cuerpo, tu cabeza y tu pecho van liberando sus cargas, visualizá esta llama violeta que danza poderosamente, transformando positivamente todo a su paso por vos.
- Volvé a afirmar “Yo soy la presencia divina transmutando la energía de mi cuerpo, de mi mente y de mis emociones a través del poder de la llama violeta”.
- Fluí, soltá, perdoná, amá tu ser entero tal cual es ahora.
- Continuá sintiendo tu liberación, permitiendo el cambio necesario en tu vida y cerrá tu trabajo con esta última afirmación “Yo soy la divina llama violeta transmutando todo lo que mi existencia necesita, sanando mis células, mi cuerpo emocional, mental, mi cuerpo espiritual y mi cuerpo físico. Para el mayor bien, que así sea”.
Extra Tips
- Acompañá tu meditación con una vela color violeta encendida.
- Disponé piedras de amatistas a tu alrededor.