La última parte del año pasado fue ir a fondo en los vínculos y trabajar con todas las sombras y vicios que guardamos a la hora de relacionarnos con los demás y con nuestro interior. Las relaciones posesivas, el amor libre, los celos, las viejas estructuras heredadas sobre el amor ideal empezaron a tambalearse. Evaluamos el valor personal a la hora de relacionarse, es decir que comprendimos que los vínculos son un espejo de nosotros mismos y lo que recibimos es lo que proyectamos. El período de intensidad ya pasó, Venus entró en Sagitario y el stellium en Capricornio enfrió las situaciones. Con la nueva experiencia y los paños fríos es momento de proyectar a futuro nuestros deseos personales. Con Urano directo el viento de cambios está a nuestro favor, solo hay que poner en práctica todo lo aprendido previamente. Las deudas emocionales son solamente una ilusión.