Oír una melodía, conectarse con la letra de una canción y sentir los sonidos de los instrumentos puede afectar nuestra mente de diversas maneras. En este artículo te contamos cómo la música puede ser una gran aliada para encontrar el equilibrio mental y espiritual que necesitamos diariamente.
Contra la depresión
Según indica una nota de Mejor con Salud, escuchar música frecuentemente puede ayudar a reducir la depresión hasta en un 25%. Además, indica que la terapia musical se utiliza cada vez más en los hospitales para evitar el uso de medicación durante el parto, disminuir el dolor post operatorio y complementar el uso de la anestesia durante la cirugía.
Todo esto es debido a que la música sirve como un distractor, da sensación de control y hace que el cuerpo libere endorfinas para contrarrestar el dolor. Por otro lado, la música lenta ayuda a disminuir la respiración y el ritmo cardíaco, evitando la sensación de angustia.
Ayudar a relajarnos
Escuchar música desencadena una enorme cantidad de reacciones en nuestro cerebro que tienen efectos directos sobre nuestro estado de ánimo. Entre otros, consigue que nos evadamos de nuestras preocupaciones y nos aporta relax y sosiego, ya que la música es capaz de reducir en nuestro cuerpo los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés y la ansiedad, como menciona un artículo del periódico español Levante, el mercantil valenciano.
Mejora la concentración y la atención
La música puede contribuir a mejorar la duración e intensidad de la concentración y el enfoque en las tareas en todas las edades y niveles de habilidad, según Mejor con Salud.
Combate el dolor de cabeza
Escuchar música puede ayudarnos también a disminuir los dolores de cabeza, mitigando la intensidad, frecuencia y duración de las cefaleas. Esto se debe a que algunas canciones pueden provocar un aumento de varios neurotransmisores en el cerebro, como la dopamina, que ayudan a disminuir el dolor, como señala El Levante.
Aumenta el rendimiento de la memoria, el aprendizaje y el coeficiente intelectual
Escuchar música o tocar un instrumento puede hacer que una persona aprenda mejor. La música de Mozart y la barroca activan el cerebro izquierdo y derecho. La acción simultánea cerebro izquierdo y derecho maximiza el aprendizaje y la retención de información.
La información que se está estudiando activa el hemisferio izquierdo, mientras que la música activa el hemisferio derecho del cerebro. Además, las actividades que se acoplan a ambos lados del cerebro, al mismo tiempo, tales como tocar un instrumento y cantar, hacen que el cerebro sea más capaz de procesar información, como explica Mejor con Salud.