Además de llevar a cabo una de las funciones más importantes para el cuerpo humano (bombear la sangre), el corazón es un órgano que posee muchos secretos. Se lo considera también en la cultura popular el elemento que resguarda los sentimientos, aunque podría tener aún más utilidades que las que se le conocen.
El corazón, el órgano de la verdad
Según lo develado por el prestigioso instituto de medicina californiano HeartMath que llevó a cabo una exhaustiva investigación, el corazón es capaz de decir la verdad sobre cómo se encuentra emocionalmente una persona y si lo que piensa es correcto o no.
Una de las revelaciones claves por parte del instituto, luego de dos años de estudio mediante experimentos con pacientes, es que el campo electromagnético que proyecta el corazón humano hacia el exterior puede llegar hasta una distancia de cinco metros.
Esta capacidad ubica al corazón en un lugar importante de jerarquía con respecto al ordenamiento del ser humano en su totalidad, a la cabeza con, justamente, el cerebro. Éste también tiene un campo electromagnético, pero es mucho más pequeño.
Una mente cuántica
¿Qué significa la existencia de estos campos electromagnéticos? Pues que la información y la energía se transmiten a través de ellos. Esas es la forma que tiene el corazón de enviar información primero al ADN humano y después a todos los sistemas del cuerpo (endocrino, linfático, circulatorio, digestivo, etc.).
El corazón también transmite información al lóbulo frontal del cerebro, y envía información con una anticipación de 4.5 segundos. Es decir que, sorprendentemente, el corazón puede anticiparse a lo que va a pasar incluso antes que el cerebro. Por esto es que del corazón depende toda la salud física y psicológica del ser humano.
La “coherencia cardíaca”
Otra de las importantes revelaciones del estudio de HearMath, que trabaja desde los años 80′ en busca de información sobre el funcionamiento del corazón, es la llamada “coherencia cardíaca”, que remite al contenido transmitido por este órgano de manera coherente. Es decir, que tenga sentido.
Esto sucede cuando el corazón recibe emociones coherentes y puede, por consiguiente, transmitir información coherente a través de su campo electromagnético. De esta manera, los sistemas del cuerpo funcionan de manera coherente. Si sucediera a la inversa y el corazón transmitiera información incoherente al cuerpo humano, el organismo podría enfermarse tanto física como mentalmente.