¿Sabías que una energía mal enraizada interfiere en tu salud, en tus objetivos y en tus relaciones?  Parte de nuestra rutina de bienestar tiene que orientarse a dedicar tiempo y espacio a enraizarnos, a tomar contacto con la tierra y potenciar nuestro chakra raíz que se encargará de armonizar nuestra relación entre nuestra acción y nuestra mente, aportando vitalidad y autoestima.

Estar enraizados significa tener firmeza y seguridad sobre el lugar que ocupamos acá y ahora. Es nuestro derecho a ser, nuestra conexión con el presente. Cuando estamos desenraizados nos cuesta mucho concretar nuestros proyectos, podemos pasar grandes períodos diarios en nuestra mente sin lograr avanzar en la realidad. Podemos también ceder nuestro lugar y nuestro poder a los demás porque no hemos afirmado nuestros límites personales y terminamos entregando nuestra propia energía.

Esto provoca baja autoestima, problemas para tomar decisiones por nosotros mismos, miedo frente a los demás o dificultades para expresar lo que deseamos. A nivel físico la falta de enraizamiento interfiere negativamente en nuestra salud: Generalmente las personas con poco enraizamiento personal sufren cuadros de anemia, falta de vitalidad para concluir sus tareas diarias, fragilidad y dispersión.

¿Qué podemos hacer para trabajar nuestro enraizamiento?

Bueno, tenemos diferentes maneras de afirmar nuestra energía en la tierra, por ejemplo, caminar descalzos una vez al día llevando nuestra consciencia a los pies y a nuestro apoyo, practicar meditaciones o visualizaciones que refuercen la imagen de estar unidos al centro de la tierra, tomar decisiones y accionar el poder personal es algo que nos enraíza muchísimo.

También, trabajar con gemas como el ónix y el jaspe rojo. Otra forma de trabajar enraizamiento es entrar en contacto con la naturaleza, rodeándonos de plantas o cuidando nuestra huerta o jardín. Los masajes en los pies a nivel profundo, con presiones y movimientos dinámicos también fortalecen nuestra consciencia de ser seres verticales que apoyan sus pies sobre la tierra que nos sostiene.