A veces, las situaciones o las rutinas nos consumen mucho más tiempo y más energía de lo que quisiéramos y terminamos, naturalmente, descuidando o dejando de lado ciertos aspectos de la pareja que parecen simples, pero son bien importantes.
Hagamos tiempo. Dejemos un momento diario o semanal para compartir alguna pequeña instancia que sepamos que a los dos nos gusta, que a los dos nos oxigena y nos ayuda a reconectarnos. Una cena, una caminata cortita antes de dormir, una película que podamos disfrutar. Estar juntos en la misma sintonía.
Relajemos las tensiones: Del mismo modo que buscamos hacer, busquemos descansar. Descontracturar el día juntos, con un masajito, una charla tranquila en el sillón o en la terraza. Un silencio compartido desde el amor y la comprensión.
Compartamos diversión, humor, pequeñas sorpresas que nos reactiven juntos desde lo espontaneo, desde la risa, desde lo que no nos causa ni estrés, ni demandas, ni preocupación. Que cada semana, podamos elegir un momento en el cual brillar los dos. Amor, también, puede ser dejar de hacer y detenernos a, simplemente, estar juntos.