Si te ayuda a estar mejor, te conecta y te inspira, entonces, cultivalo y no lo pongas en segundo lugar. Por más libres que nos creamos, todos tenemos hábitos o ciertas costumbres que nos ordenan el día y nos ayudan a sentirnos estables. Te proponemos tres prácticas simples que elevarán tu calidad de vida diaria para que revises qué actividades que te hacen bien, podrías incluir y cultivar con regularidad.
Dedicá treinta minutos a tu cuerpo: Si lo pensás no te representa casi nada del día y sabés bien que te concede beneficios en la salud, en la estética y en el estado de tu mente. Ejercitarte y tratar bien a tu cuerpo físico tiene que ser un hábito en nuestras rutinas diarias. Acá también vale mimar el cuerpo. Por ejemplo, haciéndote unos mini masajes vos mismo, realizar algún tratamiento relajante o de belleza que te haga sentir bien y te permita disfrutar de conectarte con tu cuerpo, como un baño de sales (Que, además, depura tus energías y limpia el aura). Y en este mismo equipo entra la alimentación saludable y la ingesta de agua.
Cultivá tu conexión espiritual: Cada día, dedicá un momento a conectarte con la energía que vibra en tu interior. Presenciala, escuchala, honrala. Date unos minutos para serenarte y establecer un pedido y una gratitud por algún aspecto de tu vida. Podés acompañar este momento con alguna Gema de cuarzo cristal que trabaja expandiendo la energía o con una Agua Marina que te facilita la relajación. Si optás por un encender incienso, te recomiendo utilizar aromas como Sándalo, Cipres o Palo Santo.
Creá, Innová tu vida: Permitite un momento creativo a lo largo del día. Podés activar esta energía de diferentes formas, por ejemplo haciendo algo que normalmente no harías de esa forma, invertir el orden de las tareas, agregando un detalle a tu espacio o a tu look. Tu música, tus libros o la forma de arte que más te guste, tienen que tener un espacio y un tiempo en tu jornada.