Las relaciones se nutren, se trabajan, se alimentan, se renuevan. Estos gestos y actitudes que sanarán tus vínculos y tu manera de conectarte con los demás.
- No disminuyas sus sueños ni los desanimes: Herir las motivaciones de alguien más es como herirlos directamente. Cuando alguien te cuente sus sueños, intentá abrir tu perspectiva y escucharlos con alegría y comprensión. Muchas veces, son las metas y los sueños los que salvan y embellecen nuestra vida.
- Cuando digas “te amo”, “perdón”, “gracias”, decilo siempre con el corazón en la mano, en los ojos, en la garganta: Seguramente, te habrá pasado que te encontrás con las palabras automatizadas y te ves a vos mismo diciendo “te quiero” como si dijeras “tomates”. Trabajemos para sanar nuestra comunicación, expandamos con el pensamiento, con la mirada, con la atención, aquello que decimos en nuestras palabras.
- No acumules enojos, salvá tus vínculos hablando a tiempo: Los malos entendidos y los enojos guardados pueden agrietar muy profundo tus relaciones y que el otro ni sepa que te sentís así. Un gesto indiscutiblemente positivo a la hora de mejorar nuestros vínculos es el hablar a tiempo, el decirnos de frente lo qué nos duele o nos molesta. Recordá que si no lo expresás, se queda en tu cuerpo y te acompaña a dónde sea que vayas.
- Cuando estés con ellos, realmente estate allí: Cuando elijas compartir una salida o un encuentro con alguien más, estate allí con toda tu atención. No pienses en otras cosas cuando te cuentan sus historias, regulá el uso de tu celu y tu Tablet para poder concentrarte y compartir verdaderamente el momento con el otro. Intentá dejar ir de tu cabeza, las listas de cosas pendientes y las preocupaciones para poder conectarte y disfrutar de quienes amás.