Las relaciones se nutren, se trabajan, se alimentan, se renuevan. Tan cerquita de San Valentín, queremos compartir con vos estos gestos y actitudes que sanarán tus vínculos y tu manera de conectarte con los demás:
No disminuyas sus sueños ni los desanimes: Herir las motivaciones de alguien más es como herirlos directamente. Cuando alguien te cuente sus sueños, intentá abrir tu perspectiva y escucharlos con alegría y comprensión. Muchas veces, son las metas y los sueños los que salvan y embellecen nuestra vida.
Cuando digas “te amo”, “perdón”, “gracias”, decilo siempre con el corazón en la mano, en los ojos, en la garganta: Seguramente, te habrá pasado que te encontrás con las palabras automatizadas y te ves a vos mismo diciendo “te quiero” como si dijeras “tomates”. Trabajemos para sanar nuestra comunicación, expandamos con el pensamiento, con la mirada, con la atención, aquello que decimos en nuestras palabras.
No acumules enojos, salvá tus vínculos hablando a tiempo: Los malos entendidos y los enojos guardados pueden agrietar muy profundo tus relaciones y que el otro ni sepa que te sentís así. Un gesto indiscutiblemente positivo a la hora de mejorar nuestros vínculos es el hablar a tiempo, el decirnos de frente lo qué nos duele o nos molesta. Recordá que si no lo expresás, se queda en tu cuerpo y te acompaña a dónde sea que vayas.
Cuando estés con ellos, realmente estate allí: Cuando elijas compartir una salida o un encuentro con alguien más, estate allí con toda tu atención. No pienses en otras cosas cuando te cuentan sus historias, regulá el uso de tu celu y tu Tablet para poder concentrarte y compartir verdaderamente el momento con el otro. Intentá dejar ir de tu cabeza, las listas de cosas pendientes y las preocupaciones para poder conectarte y disfrutar de quienes amás.