Muchas veces, sentimos que somos casi incapaces de poder relajarnos. Que no estamos diseñados para eso, que estamos destinados al estrés y a las mentes parlantes. Queremos contarte que no es así y que existe una clave exclusiva para lograr serenar la energía en tu cuerpo.
Se trata de aprender a entregarte
Lo que frena tu relajación es tu tendencia al control. Prestá atención a cómo se siente tu cuerpo mientras estás en mitad de tu clase de Yoga sin poder desconectar tu cabeza? Se siente como si estuvieras apretando algo con las manos, como si aprisionaras a alguien. Y resulta que eso que no estás soltando vuelve rígida toda tu espalda, tus hombros, tus brazos, tus piernas, tus caderas.
Masajeá tu cabeza para no quedar atrapado en tu mente.
En lo posible, una vez al día o tres veces por semana brindate un masaje suave pero activo sobre la cabeza y la frente. Movilizá la energía y la piel para que, por dentro, los pensamientos también puedan fluir y no se abarroten allí atascando tu creatividad y tu perspectiva. Mové tu cuello, tu cara y tus brazos para permitirte apertura, liberación, dejar ir. No todo requiere ni de tu atención ni de tu trabajo.
Soltá el cuerpo confiando
En tu próxima clase hacé el intento de entregar tu cuerpo, sentí cómo está apoyado sobre la manta o la colchoneta. Registrá como hay una superficie que te está sosteniendo y soltá por completo el intento de control. Dejalo ir hacia una instancia de calma y serenidad. Respirá con iniciativa tomando el aire y con entrega para soltar lo que debe irse.