Comenzamos el día con esta meditación guiada, paso a paso. A llevar luz y curación a nuestro cuerpo a través de la intención y la energía enfocada. Déjate sanar, déjate vibrar y escuchate.
Sentate silenciosamente con la espalda recta y los hombros relajados
Tomá respiraciones profundas y consciente para entablar conexión con tu cuerpo
Cuanto tengas tu centro y tu calma, llevá tu atención al entre-cejo, como si pudieras verlo desde adentro. (Allí mantendrás tu concentración)
Activá una respiración cuadrada (inhalando en cuatro tiempos, reteniendo otros cuatro con pulmones llenos, exhalando en otros cuatro tiempos y reteniendo otros cuatro con pulmones vacíos, repitiendo diez a quince veces completas)
Una vez que tomaste seguridad en el tiempo de la respiración, agregás tu imaginación creando una imagen.
Visualizá como al inhalar, ingresa a tu cuerpo, una energía de esferas de luz brillante y al exhalar se distribuyen y refrescan todo tu cuerpo, recorriendo todas tus partes, liberándolas y soltándolas. Con la mente vas transportando esta energía que suaviza, y cura.
Una y otra vez, cada repetición se vuelve más lenta, más sutil y, al mismo tiempo más consciente.
Utilizá esta meditación cuando:
- Sientas tu cuerpo apagado y sin vitalidad
- En días de muuucho calor (te refresca y te limpia)
- Cuando necesites restaurar tu mente, tu cuerpo y tu energía
- Para abrir el día de manera relajada y saludable
- Limpiar tu cuerpo después de algún tratamiento con medicación intensiva
- Incorporarla a tu practica de yoga en casa.