Cada uno tiene sus preferencias en cuanto a la temperatura del agua a la hora de darse una ducha. También depende mucho la época del año que estemos transitando. Lo cierto es que tanto el agua caliente como la fría son buenas y tienen diversos beneficios para nuestro cuerpo.
Las temperaturas altas nos suelen otorgar un efecto más relajante para los músculos, pero no hay que descartar la ducha fría, ya que aporta otras ventajas que no obtenemos con el agua caliente.
Pros de la ducha fría
Es un clásico en temporada de verano, pero es difícil llevarlo a cabo cuando estamos en pleno invierno. Si te animás a hacerlo, vas a tener tu recompensa porque ¡la ducha fría tiene muchos beneficios!:
Mejora la circulación sanguínea: Cuando el agua fría hace contacto con el cuerpo, la sangre empieza a circular más rápido para mantener la temperatura interna. Algunos expertos creen que podría ser un arma eficaz como complemento en los tratamientos de ansiedad y depresión. ya que el organismo desarrollaría una mejor respuesta ante los cambios químicos y hormonales que sufren las personas que padecen estos trastornos, como señala un artículo del portal MujerHoy.
Rejuvenece la piel: La experta en bienestar, Dra. Jacqueline Schaffer, explica en un artículo del sitio de Rheem que el agua fría aprieta los poros y contrae los vasos sanguíneos, dándole a la piel un aspecto saludable. Esto se debe a que el agua fría no remueve la capa de grasa que protege a la piel, además de cerrar los poros, previniendo que las partículas del aire ensucien nuestra piel.
Tensa el cuero cabelludo: Para la cabeza, el agua fría aumenta la capacidad de los folículos capilares de aferrarse, fortaleciendo el cabello.
Acelera la reparación muscular: El agua fría tiene propiedades regenerativas. Al contacto con el cuerpo, los músculos se relajan reduciendo la inflamación muscular. De esta forma, el tiempo de recuperación muscular se reduce considerablemente.
Aumenta los niveles de energía: Los golpes de agua helada sorprenden a tu cuerpo al estimular tus sentidos, quedando en un estado alerta. Esto, a su vez, incrementa la ingesta de oxígeno y el ritmo cardiaco, dándote la sensación de mayor energía.
Efecto quema-calorías y grasas: Las duchas frías podrían acelerar el metabolismo, debido a que, cuando el cuerpo siente frío, intenta aumentar su temperatura. Esto requiere más energía y quema así más calorías y grasas, como explica la nota de MujerHoy.
Pros de la ducha caliente
Es la que más utilizamos y no solamente en climas fríos. Mucha gente, aunque haga calor, al darse una ducha lo hace a una temperatura elevada. Esta modalidad también tiene sus beneficios:
Reduce el estrés: Las duchas tibias pueden calmar los nervios y reducir tensión en los músculos. Como resultado, el cuerpo se vuelve fresco y tranquilo, como menciona el artículo de Rheem.
Alivia las congestiones: También ayudan a aliviar pechos congestionados y narices tapadas. Esto se debe a que el vapor de agua ayuda a secar el exceso de mucosa, despejando así las vías respiratorias.
Calma dolores de cabeza: Un remedio simple y fácil para combatir la migraña es una ducha caliente, ya que el calor ayuda a dilatar los vasos sanguíneos, reduciendo así los dolores de cabeza.
Alivia las contracturas: Si tenés, por ejemplo, el cuello rígido, es recomendable quedarse un rato debajo de una ducha caliente y dejar que el agua corra por el músculo afectado para aflojarlo.
Reduce dolores menstruales: Por la propiedad relajante del agua caliente, sirve para aliviar los fuertes dolores provocados por la menstruación. En esos días, tomate unos minutos para aliviar estas molestias abajo del agua caliente.
La alternativa de los baños de sal
Esta es una opción muy relajante para nuestro cuerpo. Además, el contacto con el agua caliente y los minerales de la sal marina hace que se liberen toxinas, que se abran los poros y ayuda a que se relajen los músculos, como menciona una nota del sitio especializado Mejor con Salud. ¡Esta es una combinación ideal para dejar atrás el estrés!
Para llevar a cabo un baño de sales caseros necesitamos: 1kg de sal marina, 3 cucharadas de sal epsom (sulfato de magnesio) y 2 cucharadas de bicarbonato de sodio. A eso agregarle un combinado de aceites esenciales (limón, mandarina, lavanda, entre otros).
¿Cuál ducha ayuda más a adelgazar?
Según el gastroenterólogo e internista Niket Sonpal en el artículo de Rheem, cuando tu cuerpo tiene frío debe aumentar su temperatura para calentarse, lo que requiere energía (quemando calorías) y conduce a un mejor control del peso. Por lo tanto, sería más beneficiosa en este aspecto la ducha fría.
“Las duchas con temperaturas elevadas son excelentes para relajar los músculos, pero no son útiles ni dañinas para el metabolismo. Después de las comidas, tratá de esperar al menos una hora antes de ir a la ducha. Al igual que nadar, puede retardar la digestión ya que la sangre fluye a otras partes del cuerpo”, señala el experto.