Algunas claves que te ayudarán a develar si tu entorno de amistades y relaciones es sano.
- Estar con ellos te deja un tanto desvitalizado y al llegar a tu casa tenés la necesidad de bañarte, airearte, dormir?
- Sus consejos te dejan más confundido que antes?
- Sentís que no podés contar tus avances y logros por que alguno de ellos reacciona con lo que parecería ser una envidia encubierta?
- Te demandan demasiada energía o te exigen explicaciones sin entender que son todos adultos y tienen tiempos y vidas de las cuales ocuparse?
- Te llaman u organizan reuniones para contarte todos sus problemas, pero no logran concentrarte o apoyarte cuando vos estás mal?
- Las juntadas terminan siendo para criticar a otra gente, en vez de dedicarse a compartir un lindo momento?
Si respondiste “si” a más de tres de estas afirmaciones, te sugerimos que revises cuáles son tus motivos para seguir entablando relaciones de esta calidad. ¿Realmente te hacen sentir bien? Cómo podrías subsanar esta situación?