Serenar nuestra mente y nuestras emociones, aprendiendo a regular nuestra energía, pareciera ser uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo. No se trata de evadir o negar la realidad, ni los contratiempos que puede generarnos la vida en la ciudad, sino de volvernos más conscientes de que somos capaces de transformar lo que nos pasa. Hoy te compartimos algunas formas sencillas de lograrlo:
Seleccionar tus pensamientos: Estamos convencidos de que gran parte de nuestra educación emocional debería enfocarse a comprender cómo mejorar nuestra actitud a través de una selección consciente de pensamientos positivos y motivadores.
Necesitamos dejar de enfocarnos en aquellas ideas que nos provocan estrés, temor, dudas o inseguridades personales y comenzar a centrar toda nuestra energía en repetirnos mentalmente que siempre hay algo que podemos hacer, que tenemos herramientas para transformar nuestro presente y que si nos lo proponemos, somos capaces de atraer a nuestra vida, lo que más necesitamos. Cuando quieras relajarte, trabaja para enfocar tu mente en imágenes e ideas que te inspiren serenidad. Recordando, siempre, que todo pasa.
Concentrarte en tu cuerpo: Realizar deporte y caminatas diarias nos ayuda a retomar el registro de nuestro cuerpo y cuando lo logramos, la mente pasa a un segundo plano. Rara vez, al estar haciendo deporte, estemos repasando nuestras listas de súper, agenda y citas pendientes, porque al enfocar nuestra atención en la energía corporal, los pensamientos se disipan y dispersamos toda clase de estrés o preocupaciones abrumadoras. Destinemos entonces, al menos, treinta minutos diarios para conectar con nuestro cuerpo a través del deporte y el movimiento. Tu cabeza estará agradecida.
Recostarte en la naturaleza: Una práctica efectiva a la hora de relajar y balancear la mente es seleccionar un espacio al aire libre, rodeado de naturaleza, y tendernos a respirar y serenarnos. El estar en contacto con la Tierra y con las plantas nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio y a reconfortar nuestras energías. Realiza la prueba en tu jardín o en el parque de tu barrio que más te guste y, rápidamente, querrás incorporarlo a tu rutina semanal. Descubrí en la naturaleza, tus momentos saludables.