El desorden, solo atrae más desorden (Para ordenar tus finanzas y tus recursos, ordená también tus espacios y tus bienes actuales. Generá espacios nuevos para que las oportunidades puedan llegar y acomodarse en tu vida). En espacios saturados, la energía n fluye, no puede moverse ni renovarse.

Una bienvenida correcta (La puerta de acceso a tu casa es muy importante, ya todo lo que ingresa o sale lo hace a través de ella. Si está rota, reparala, si no cierra bien, procurá que lo haga y prestá atención a los colores adecuados, por ejemplo, podrían ser el naranja que es creatividad y potenciador de las relaciones, el verde que conecta con el crecimiento y la armonía, el amarillo que es claridad y abundancia. No solo podés pintar sino elegir plantas, flores y objetos de los colores que necesites).

Desapegate, lo que ya no uses, donalo y lo que no te sirva ni a vos ni a nadie, desechalo o reciclalo. No acumules “no” en tus ambientes, porque se recrearán también en tu vida.

Cambiá tus flores si están secas o marchitas, no esperes a que se pudran. Las flores tienen la energía del amor y conducen procesos emocionales (Por eso las usamos en medicina y en esencias) y no queremos que te rodees de sentimientos e historias sin vida.

Darte sol, darte vida: Intentá acomodar los espacios para que, los que más utilizás, reciban abundante luz solar, promoviendo la vida, la creatividad y la energía.

Creá lugares de verdadero descanso: Tengas un piso entero o un monoambiente, cuidá de generar ciertos rincones que te relajen por completo. Tu dormitorio necesita silencio y armonía para favorecer el sueño y la entrega al no hacer. Elegí telas suaves, tonos que te calmen, aromas limpios y almohadones u objetos que te conecten con la relajación.

Tu espacio es sagrado, tan sagrado que potencia o interfiere en tu camino.
Honralo cuidando de él J