Cuando no te encuentres, cuando no veas ni escuches con claridad, cuando sencillamente no sepas qué hacer, cuando no te sientas preparada para afrontar el próximo paso, cuando no sepas dónde guardar tus sentimientos, cuando no puedas dejar de extrañar, simplemente date tiempo.
Cuando no encuentres las palabras justas, cuando no sepas cómo acomodarte en tu nuevo hogar, cuando lo que habías esperado tanto ahora no se sienta ni fácil ni cómodo. Cuando tu camino parezca desordenarse por completo, simplemente date tiempo.
Cuando te asuste la oscuridad, cuando se te haya apagado la poesía, cuando sientas a la luna más lejos y menos misteriosa, cuando transites un pasaje entre una relación pasada y otra presente, simplemente date tiempo.
Cuando tu viaje se haya detenido, cuando las aves de la mente no dejen de revolotear y arremolinen demasiados pensamientos, cuando las manos se te enfríen por olvidarte de crear, cuando te sientas a la deriva de tu propio barco, simplemente date tiempo.
Cuando nada parezca estar en su lugar correcto, tal vez, sea tiempo de crear y aceptar nuevas formas. Re comenzar de cero. Porque nunca es demasiado tarde, para abrazarte, para sanarte. Cuando tus pies y tu corazón te lo pidan, simplemente, date tiempo.