Las gemas trabajan mediante resonacia y vibración. Llevándolas con nosotros o decorando nuestros espacios con ellas, podemos curar, armonizar y dar equilibrio tanto a nosotros como a lo que nos rodea.
Esta selección de cristales se alinean muy bien para llevar paz a la cabeza. ¿Vos cuál elegís?
Sodalita. Nos ordena internamente, uniendo la lógica con la intuición, y abriendo nuestra percepción y trabajando con el inconsciente. Limpia nuestra mente de pensamientos negativos, calma la ansiedad y ayuda a estimular la visión interna durante una meditación. Gracias a su capacidad de despejar la mente, inspirarnos y fomentar la concentración, es ideal para escribir, estudiar y hasta para que sumes a tus visualizaciones.
Lapislázuli. Utilizado por los Egipcios como amuletos de protección y para abrir el tercer ojo, este cristal potencia el trabajo con los sueños, gracias a sus capacidades psíquicas. Además, brinda paz y serenidad, y reduce el estrés. Es un poderoso amplificador de la mente, aporta claridad y objetividad. También ayuda a destrabar la comunicación y a expresar sentimientos y emociones. A nivel físico calma migrañas y dolores de cabeza.
Amatista. Es el transmutador de energías por excelencia. Trabaja el chakra corona y aumenta la consciencia, brindando inspiración y relajación, y liberándonos del estrés. Colocarlo bajo la almohada ayuda a dormir.
Cuarzo cristal. Es la madre de las gemas. Activa la luz y nos ayuda a iluminar situaciones que nos confunden. Despeja impurezas y restos psíquicos de nuestro aura. Alinea mente, cuerpo y espíritu, aumenta la concentración.