Si nuestra manera de hablar, determina la energía a nuestro alrededor, lo mismo pasa en nuestra pareja. Observar la forma de comunicarnos será importante para detectar y armonizar nuestra vida en el amor. Tener en cuenta cómo nos expresamos nos dará pistas y herramientas para mejorar juntos y crear una relación sana y disfrutable.
Las palabras crean o destruyen: Utilizar nuestra palabra en forma impecable, como decían los Toltecas, es ser conscientes todo el tiempo de qué energía queremos promover a través de nuestro hablar. Aprender a callarnos a tiempo es otra forma de ser impecables. Si no tenemos nada para aportar o para brindarle agradablemente al otro, entonces, tendríamos que guardar esa energía y aplicarla cuando sea más sano y positivo hacerlo.
En la pareja, muchas veces, perdemos la paciencia o hablamos sin filtro y por impulso. Es fácil comprobar que después de una discusión o estallido emocional, nos sentimos sin energía y hasta arrepentidos de lo que hemos dicho. Mejoremos nuestra pareja intentando que nuestras palabras siempre sirvan para crear, sanar y embellecer.
Escucharnos es darnos lugar: Cuando te encuentres en una conversación con tu pareja y te descubras asintiendo mecánicamente sin prestar atención, recordá que dónde pones tu energía, pones tu corazón y ello se expande. Escuchar sinceramente a nuestra pareja es una forma de honrarla, de darle espacio, de atender sus necesidades y compartir lo que le inspira o preocupa.
El silencio también se comparte: Una parte de la comunicación también es el silencio. Y una pareja que puede disfrutar y aprender a percibirse sin utilizar las palabras, ha logrado una enorme evolución. Una vez, escuché a alguien decirme que una pareja se vuelve sana y hermosa cuando el silencio deja de ser incómodo. Y me gusta, demasiado, pensar que así es.